Música

Phish: Música sobre el Mármol.

En 1983, en la Universidad de Vermont, cuatro amigos iniciaron la que seguramente es la carrera de experimentación teórico-musical más completa del espectro contemporáneo. Mike Gordon, Jon Fishman, Page McConnell y Trey Anastasio – el motor del proyecto – son Phish, y después de cuatro años de ausencia relativa vuelven al laboratorio.

Oisterhead ha sido la banda en la que Trey – guitarra – ha militado los últimos cuatro años, articipando en conciertos con la Dave Matthew´s Band o Eric Clapton, entre otros, y algún proyecto con su amigo Mike Gordon. El combustible y compositor del 90% de los temas de la banda ha pasado últimamente una buena temporada en un centro penitenciario de desintoxicación. Cuatro años en pocas palabras.Mike Gordon – bajista – no se ha estado quieto: el Jazz Mandolin Project, la edición del aclamado “Clone” con Leo Kottke, el proyecto “Inside In” con Josh Roseman, Scott Murawski, Julee Avallone, James Harvey, Gordon Stone, Jeannie Hill, y Doug Belote; The Benevento-Russo Duo; Serial Pod con Anastasio y miembros de Grateful Dead; un proyecto artístico con su madre, la artista Marjorie Minkin; el grupo Ramble Dove, los Rhythm Devils, The House Band y un disco en solitario el pasado año, “The Green Sparrow”.Fishman ha participado en la formación de Pork Tornado y en el Jazz Mandolin Project. Es miembro de un par colectivos musicales – The Everyone Orchestra y The Village – y de Burlington, un grupo de comediantes y percusionistas. Hace un año emergió con la Yonder Mountain String Band en varios tours.Pero, sin duda, Page McConnell es el depositario de la materia gris del grupo. Licenciado con la tesis “El Arte de la Improvisación”, se ha hecho merecedor del reconocimiento que popularmente nunca tuvo Ray Manzarek, el teclista e ideólogo de The Doors. Desde su cuadro de mandos ha acuñado el estilo de Phish en su evolución, aunque no es su composición – de la que es responsable Anastasio -. De hecho la mayoría de grabaciones del grupo han sido hechas en gira y principalmente en directo, hasta el punto de clasificarse por volúmenes por lo prolija que ha llegado a ser su producción.La improvisación es su virtud y la genialidad grupal su sello. Tocando todos los palos y en el árbol genealógico de los Grateful Dead, Phish merece pasar a los anales de la historia de la música como los fabricantes de momentos exclusivos, de caducidad inmediata y sublime precisión instrumental. Los cuatro se armonizan, no pelean por resaltar porque lo importante es el directo y la textura que producen, no sus instrumentos como prolongación de ellos mismos.Rodin, el escultor pensaba y moldeaba el barro – quitaba, ponía y rehacía -, y luego encargaba a un ejecutor que reprodujese su obra en el mármol. Brancusi, el artista rumano, solo tenía una oportunidad porque el mármol no te da más; lo que haces, queda.Así son Phish. Sin duda la música está de enhorabuena con su regreso el 6, 7 y 8 de marzo en el Hampton Coliseum, y en verano con una gira que seguro producirá una larga serie de excelentes discos de directo.

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