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Galicia ha sufrido en los últimos años la liquidación del sistema financiero de las cajas gallegas. Otro tanto está pasando con las grandes empresas gallegas como Pescanova, Navantia y Astilleros Barreiros, y ahora las decisiones se toman en Alemania, Inglaterra o México.
El grupo aleman Oetker, asociado con los fondos buitre KKR y Ergon Capital, se hizo con el control de Pescanova. Ahora el futuro de Pescanova, antes una de las 10 empresas más importantes del mundo del sector, está hipotecado con su desplome en la bolsa. Pescanova, que revolucionó el sector con el uso de grandes buques congeladores que procesaban y ultracongelaban las capturas a bordo del propio barco, está hoy para el desguace.
Con su compra el poderoso grupo aleman controló el capital de la empresa española que tenía una plantilla de 10.278 trabajadores, 85 buques factoría, 25 plantas de procesado y piscifactorías en Portugal, Francia o Italia y plantas en Namibia y Honduras.
El grupo alemán Oetker es uno de los mayores grupos empresariales de Europa creado en 1891. Dueño de 400 compañías, la división más importante del grupo es la naviera, representa el 50% de la facturación total del grupo. Oetker también está presente en el mercado español a través de las plantas químicas Budenheim Ibérica en Zaragoza y Budenheim Altesa en Valencia.
El entramado empresarial de Galicia se desmorona y arrastra con él decenas de millones de euros de una fallida política de ayudas públicas. Grandes empresas de capital gallego que fueron ayudadas con dinero público han sido compradas por capital extranjero. La Xunta apadrinó la venta de Astilleros Barreiros a la petrolera mexicana. El fondo buitre británico CVC Capital tomó el control de R, el operador de internet de Caixa Nova y Banco Pastor. Pescanova está pasando a manos de la cervecera Damm y el grupo alemán Oetker asociados con los fondos buitre KKR y Ergon Capital.