Cargando...Con tan sólo diecisiete días de la toma de posesión del Gobierno Gallego, Feijoo deroga la Ley de Pesca elaborada por el bipartito. Se corresponde con un compromiso electoral donde establecía un plazo de 100 días para abrir un proceso de diálogo con el sector.
El objetivo de las modificaciones busca recuerar el protagonismo de las cofradías como órganos de representación y reforzar la seguridad jurídica de las concesiones de los bateeiros. La crítica principal que se hacía a la anterior Ley provenía principalmente de los mejilloneros porque le daba un vuelco a la regulación de las bateas. La norma ahora aplazada del bipartito planteaba que las concesiones a las bateas se realizarían por concurso público y por un plazo de explotación de 10 años prorrogables durante otros dos períodos de diez años, de forma que dentro de 30 años la concesión volvería a la Administración. Pero lo que más enojó al sector es que las la ley tenía efecto retroactivo de manera que si tal baiteera conseguía la concesión se le contaba desde la primera licencia, con la consecuencia de que muchos en unos cuatro o cinco años ya la volverían a perder volviendo de nuevo a la Administración. De esta manera la asociación de la Virgen del Rosario, colectivo del mejillón más crítico con la Ley anterior, valoró “muy positivamente” la postura del nuevo gobierno así como otras asociaciones de bateeiros. La Federación Gallega de Cofradías recibió con optimismo la noticia y piden a la Xunta que el nuevo proyecto se elabore de forma consensuada con el sector. El secretario General de los pósitos gallegos (pescadores de pulpo), Xan López, explica que la nueva normativa aprobada por el bipartito que anulaba la anterior ley por la que se rigen las cofradías significaría “bajar la categoría a los pósitos”. La gran parte del sector se muestra de acuerdo con la decisión tomada por el Gobierno y sobretodo insisten en la necesidad de llegar a un acuerdo consensuado para la elaboración de la próxima ley. Un acuerdo muy urgente. En España, sectores como la pesca, el lácteo, la agricultura, son más allá de una fuente de riqueza. Son productores de unos sectores básicos que siempre han mantenido una calidad de la que nos hemos sentido orgullosos. En Galicia la pesca es una de las principales fuentes de riqueza y ha de estar muy cuidada. Que se lleve adelante con un amplio consenso es necesario y coloque a estos agentes económicos y sociales en un puesto relevante, en la producción y en la defensa del sector.