El corrupto Rosales y su homologo Peruano

Perú se convierte en asilo de delincuentes

La decisión del gobierno peruano de otorgar asilo polí­tico a Manuel Rosales, dirigente venezolano opositor al gobierno y prófugo de la Justicia, provocó ayer el enojo de Caracas, que retiró a su embajador en Lima. «El asilo polí­tico otorgado a Rosales constituye una burla contra el derecho internacional, un duro golpe a la lucha contra la corrupción y un agravio contra el pueblo de Venezuela», señaló un comunicado emitido ayer por el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores venezolano.

Asimismo, la Cancillería de Venezuela recordó que en cuanto se confirmó la resencia de Rosales en Lima, que había ingresado como turista, se libró una orden de captura internacional por medio de Interpol, dado que el ex candidato presidencial está acusado de delitos asociados a la corrupción y al enriquecimiento ilícito. “Dado el cúmulo de pruebas existentes, la decisión del gobierno del Perú es incomprensible”, afirmó el texto. Sin embargo, el gobierno de Perú salió ayer a justificar su decisión al tiempo que reafirmó su confianza en que la medida no altere las relaciones bilaterales.El propio presidente, Alan García, expresó sus deseos de que el vínculo con Venezuela no se dañe a causa de la decisión. “Tenemos una posición de amistad con el gobierno venezolano y esta decisión no alterará las relaciones con ese país”, afirmó el mandatario desde la ciudad brasileña de Río Branco, en una conferencia de prensa tras el encuentro que mantuvo con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.A su vez, García justificó la medida al señalar que Rosales se sentía amenazado y que por esa razón le concedieron el asilo. “La primera obligación de un gobierno es generarle protección a quien se sienta amenazado y éste era el caso”, lanzó.Las justificaciones peruanas llegaron ayer también desde China. Desde allí, el vicepresidente, Luis Giampietri, ex almirante de la armada Peruana y relacionado con causas de genocidio en la llamada “guerra sucia” contra sendero y uno de los ejecutores de las matanzas de los penales de Lima a mediados de la decada de los ochenta, cuando curiosamente Alan García era presidente, explicó que la decisión del gobierno de Lima es coherente con sus tradiciones. Y si se piensa bien tiene razón, ellos son coherentes con su tradición de asesinos y agentes del imperialismo.“No es la primera vez que Perú concede asilo a una persona. Si se trata de remontarse a las tradiciones, nuestro país siempre ha sido fiel a conceder asilo cuando lo considera conveniente”, manifestó el “presunto genocida”, que viajó a Beijing para firmar un acuerdo de libre comercio.Pero ninguna de estas explicaciones pareció convencer al gobierno del presidente Hugo Chávez, que anunció que pondrá bajo la lupa todos los aspectos de la relación bilateral. “En vista de lo anterior, el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela ha decidido el inicio de una fase de evaluación integral de sus relaciones con el gobierno del Perú”, remató el comunicado.Esta no es la primera vez que el gobierno de Lima asila a una persona reclamada por la Justicia venezolana. De hecho, Rosales es el tercero.Antes que el ex gobernador del estado de Zulia, el ex titular de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), Carlos Ortega, que tenía un proceso judicial y una condena por su participación en el golpe de Estado y maniobras de sabotaje petrolero en 2002 y 2003, obtuvo refugio en el Perú en el 2007.Además, el ex gobernador de Yaracuy Eduardo Lapi, preso en Venezuela por presuntos hechos de corrupción durante su gestión se fugó de la cárcel, cruzó la frontera en abril del 2007 y también pisó tierra firme.En ese sentido, el canciller venezolano, Nicolás Maduro, exigió el pasado lunes al Estado peruano que capture y devuelva a Rosales a Venezuela, para que responda ante la Justicia de ese país de los cargos que se le imputan.El parlamentario venezolano recordó que en junio de 2001, Venezuela extraditó a Perú a Vladimiro Montesinos, asesor del ex presidente de ese país, Alberto Fujimori, quien era solicitado por las autoridades peruanas por delitos de blanqueo de dinero, enriquecimiento ilícito, narcotráfico y asesinato, entre otros.El asilo otorgado por el gobierno peruano a Manuel Rosales ha recordado que el presidente Alan García también se benefició de un asilo político cuando era requerido por la Justicia peruana para responder por cargos de corrupción durante su primer gobierno (1985-90). En 1992 García se asiló en Colombia; regresó al Perú en 2001, después de que la Corte Suprema declaró prescritos los cargos en su contra. También influidos por que la el imperialismo necesitaba contrarrestar la posibilidad, que otro candidato antihegemonista ganara las elecciones. Así fue como Alan García paso de ser prófugo por corrupto y genocida a candidato y luego presidente de PerúRosales puede dormir tranquilo en Lima, seguro de la protección del gobierno de García, y de recibir la simpatía de una prensa mayoritariamente antichavista, de la reaccionaria oligarquía peruana y de los sectores políticos conservadores. Así Perú se constituye en principal valedor y refugio de la oposición Venezolana. Alan garcía hace valer su condición de fiel testaferro de Washington, fue sacado de Perú y protegido en Colombia esperando tiempos mejores.El interés que las redes de la CIA se han tomado para buscarle acomodo a Rosales, el conspirador en innumerables ocasiones y Gobernador de un estado como Zulia, fronterizo con Colombia desde donde Rosales ha dirigido con diligencia los entramados del plan Colombia y el narcotráfico. Con el Objeto de conformar una media luna secesionista en Venezuela, no ha sido pequeño, ¿que papel juega para la CIA Rosales?Al parecer muy importante, por todas las molestias que se han tomado, haciendo que el mismo Alan García y todo el entramado de su partido lo proteja, provocando un conflicto diplomático de consecuencias bastante serias con Venezuela. ¿A no ser que esto fuera uno de sus principales objetivos?

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