EEUU invitará a Irán a discutir sobre Afganistán

Persia debe cooperar

Hillary Clinton llegó a Bruselas con una estrategia clara, y todos sus aliados aplaudieron la iniciativa, entusiasmados al ver al lí­der con ideas renovadas. La secretaria de Estado estadounidense, propuso hoy a sus homólogos de la OTAN la celebración de una conferencia internacional sobre la situación en Afganistán y su región, a la que Washington tiene previsto invitar a Irán. Washington no ceja en su empeño de implicar a Teherán en el punto clave de su actual estrategia mundial, a pesar de las graves desavenencias que mantienen.

Afganistán es a día de hoy la rincipal preocupación de Washington, por encima de otros puntos calientes del planeta. Conservar y afianzar su dominio sobre el país centroasiático –estratégicamente situado a la espalda de China, en el vientre de la órbita ex-soviética y sobre la frente de Irán e India- puede ser la clave para que EEUU mantenga su dominio sobre Eurasia y pueda contener la expansión de las potencias emergentes del continente, las principales amenazas para su hegemonía. Afganistán es la herencia de Bush a la que Obama no puede renunciar.Por eso EEUU necesita la implicación – o cuanto menos la anuencia, la neutralidad o la pasividad- de Irán, más allá de la grave amenaza que significa para su dominio de la zona el propio régimen de los ayatolás, más aún si son ciertas las acusaciones del Pentágono de que Teherán esta muy cerca de dotarse de un arma nuclear. Desde que Obama ocupó el Despacho Oval, hace poco más de un mes, la diplomacia norteamericana ha insistido en cambiar el tono con Irán y sus aliados –como Siria o Hamás- y ha repetido cien veces la consigna “nosotros tendemos la mano, pero ustedes han de abrir su puño”. Los dirigentes iraníes han respondido entre el recelo ante una superpotencia que ha intentado doblegarles durante décadas y la tentación de romper el aislamiento de occidente y poder participar en el diseño de la nueva arquitectura de poder en la región. La propuesta de Clinton ha recibido un cerrado apoyo de los ministros de la OTAN. Washington quiere que en la reunión participen todos los países involucrados con Afganistán o afectados por sus problemas, en especial, Irán. Los más activos en mostrar un respaldo explícito a Clinton fueron el ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner y su homólogo español, Miguel Ángel Moratinos, que también apoyó defendió un formato amplio para la conferencia, con la participación de países como Pakistán y China. Además de la invitación a Irán, Clinton hizo hoy especial hincapié en la necesidad de tratar los problemas en Afganistán desde una perspectiva regional, con especial atención a la zona fronteriza con Pakistán. "Creo que los dos países (Afganistán y Pakistán) reconocen que tienen amenazas similares e incluso enemigos comunes", indicó Clinton, mostrando así que el departamento de Estado trata los problemas de los dos países como si fueran un todo indivisible. Hace unas semanas, en la anterior reunión de la OTAN, el enviado especial para la zona, Richard Holdbrooke, acuñó el término “Afpak” para referirse a un “mismo escenario dividido por una frontera mal trazada”. “A un lado podemos actuar, al otro no tanto”, dijo Holdbrooke.La secretaria de Estado avanzó hoy a los aliados los puntos principales de la nueva estrategia de la Casa Blanca para esa zona: dar un enfoque regional a la crisis, ofrecer un esfuerzo civil más coordinado y, al mismo tiempo, poner más tropas sobre el terreno para garantizar la seguridad.Además, los aliados expresaron su satisfacción por la decisión afgana de celebrar finalmente las próximas elecciones en agosto, lo que, a su juicio, dará más margen para preparar adecuadamente el proceso. En el actual estado de cosas -donde la insurgencia talibán controla de facto la mayoría de las regiones del país y extiende su influencia y capacidad e actuación al corazón de las ciudades, y se gana el apoyo de una población que aborrece más a los ocupantes que a sus opresores fundamentalistas después de más de ocho años de guerra y miseria- unas elecciones serían un suicidio político para el gobierno proyanqui de Hamid Karzai."Las elecciones son fundamentales y ha habido unanimidad entre los aliados en la satisfacción porque se celebren en agosto. Debe buscarse la legitimidad de Karzai para que pueda seguir siendo presidente y puedan organizarse elecciones en el mejor marco posible", recalcó en la reunión Moratinos, convertido así en portavoz entusiasta de los designios de Washington.

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