Pérez Llorca: heredero de Mazón e hipotecado con Vox

Con 53 votos a favor -los del PP y Vox- y 45 en contra, Juan Francisco Pérez Llorca, lugarteniente y delfín de Carlos Mazón ha sido elegido presidente de la Comunidad Valenciana.

Lo ha hecho pagando un peaje, el de asumir parte del programa y el discurso ultrareaccionario , xenófobo y negacionista de la ultraderecha de Vox. Una hipoteca que pagarán todos los valencianos en forma de ataques a los derechos y libertades, y en forma de continuación de todas las políticas que potencian las catastróficas consecuencias del cambio climático

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Una presidencia marcada por Mazón y por su criminal gestión de la Dana

Pérez Llorca llega al Palau tras la forzada dimisión de su antecesor, Carlos Mazón, arrinconado tras un año de movilizaciones masivas -una docena, varias de más de 100.000 manifestantes- en las calles y plazas de la capital del Turia para exigir la dimisión de Mazón y exigir responsabilidades por la criminal y negligente actuación de la Generalitat en la Dana del 29 de octubre de 2024, y especialmente por la muerte de 229 personas.

Unas movilizaciones en las que ha participado la sociedad civil -colectivos, sindicatos, partidos- pero siempre encabezadas por las asociaciones de víctimas y de damnificados, que ni un sólo día han dejado de exigir no sólo la marcha de un president indigno, que no asume su responsabilidad y que ha mentido -y lo sigue haciendo- para ocultar qué hacía mientras la gente se ahogaba, sino que Mazón se siente en el banquillo de los acusados y sea juzgado penalmente por las 229 muertes.

Tras los gritos y abucheos en el funeral de Estado por las víctimas de la Dana, y en lo que es un triunfo popular incontestable, Carlos Mazón presentó su renuncia el pasado lunes 3 de noviembre, si bien se reservó su acta de diputado para (de momento) mantener la inmunidad ante la investigación de la jueza de Catarroja, que desde entonces ha estrechado el círculo contra él.

Esta es la tóxica y criminal herencia que deja Mazón. Pero Pérez Llorca no es otro que su más puro heredero.

Cualquier presidente que el Partido Popular hubiera elegido para sustituir a Mazón hubiera tenido que cargar con la pesadísima mochila de la gestión de la Dana y de las 229 víctimas. Pero es que Pérez Llorca no pasaba por ahí.

Estamos hablando del que ha sido la mano derecha y máximo confidente de Mazón durante años, de un cuadro que ha acompañado al dimitido president desde su ascenso en el PP de Alicante. De uno de los que llevan un año aplaudiendo a Mazón, poniéndose de su lado ante la ira popular.

Y además, Pérez Llorca es el máximo artífice de los acuerdos con Vox, es el que más ha apostado por que el PP valenciano se apoye en la ultraderecha trumpista para gobernar la Comunitat Valenciana.

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Una hipoteca ultra y trumpista

Para lograr la investidura, Pérez Llorca necesitaba los votos de Vox (que suman 13 escaños junto a los 40 del PP, superando la mayoría absoluta de 54). Aunque no hubo un acuerdo por escrito formal, Vox condicionó su apoyo a concesiones en el discurso de investidura, que Pérez Llorca incorporó explícitamente para «regalar los oídos» a Santiago Abascal y asegurar la estabilidad.

Estos regalos, estos tributos políticos, asumen para el Govern valenciano el ideario ultraderechista de Vox en temas como inmigración, medio ambiente, seguridad y valores identitarios,

Aunque aún no están plenamente concretadas en políticas y medidas particulares, algunas de las cesiones que ya conocemos son:

En inmigración, Pérez Llorca ha prometido «Cero ayuda pública para aquellas organizaciones que incentiven o faciliten la inmigración» (por ejemplo Cáritas). «No queremos en nuestra comunidad ni un mena más. No podemos admitir ni un ilegal más», asumiendo el discurso demagógico que vincula -sin pruebas- migración y delincuencia o que les hace responsable de la «pérdida de indentidad»: «No podemos mirar para otro lado cuando vienen personas que pretenden mantener prácticas que chocan frontalmente con nuestros valores».

El nuevo presidente ha arremetido contra los niños migrantes no acompañados, aunque desde un discurso fariseo y pretendidamente compasivo para justificar su expulsión, algo contrario al derecho humanitario. «Ninguna persona decente puede pensar que un menor estará en mejor situación que estando con su familia». Pérez Llorca ha hecho gala de la más miserable insolidaridad -no sólo con los menores, sino con otras comunidades autónomas- al oponerse al reparto de menores migrantes que llegan a Canarias o Ceuta y Melilla. Ha presupuestado 2 millones de euros para devoluciones.

Además, en una comunidad que ha sufrido de la manera más trágica las consecuencias del cambio climático, Pérez Lorca ha asumido el discurso negacionista y anticientífico de Vox. «El Pacto Verde europeo, tal como está planteado, impulsado por élites europeas, es la mayor amenaza a la que se enfrentan nuestros labradores», ha dicho, al mismo tiempo que ha anunciado el apoyo total a la energía nuclear: «Cofrentes no se cierra».

En cuanto a las medidas para prevenir inundaciones, y oponiéndose a todos los criterios técnicos y de expertos, Pérez Llorca ha asegurado que «implementaremos encauzamientos, presas, diversiones de caudales y todas las obras hidráulicas». Manteniendo como zonas urbanizables las que son inundables.

En las medidas económicas, también ha asumido las propuestas de Vox, que siempre ha promovido bajadas de impuestos para «incentivar la actividad económica». Pérez Llorca «duplicará todas las deducciones del tramo autonómico del IRPF».

Esta es la hipoteca xenófoba y racista, negacionista e insensata, neoliberal y antipopular que Pérez Llorca ha asumido de parte de Vox, y que pagarán todos los valencianos.

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