La banca sigue lucrándose de la tragedia en Lorca

Peores que los terremotos

Se cumple ahora un año del terremoto de Lorca que arrasó la ciudad y se llevó la vida de nueve vecinos.

Doce meses después de la tragedia, más de 7.000 personas (casi un 10% de la población) sigue sin poder regresar a sus casas, viviendo en los barracones metálicos instalados por Cáritas.

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Los bancos amenazan con quedarse el dinero de las ayudas prometidas (cuando lleguen) a cuenta de las hipotecas de unas casas derruidas o en ruinas.


Y las compañías de seguros regatean hasta el último céntimo para no pagar las compensaciones pactadas en los contratos.


Mientras tanto, barrios enteros como La Viña, Alfonso X, San Diego o San Fernando parecen zonas bombardeadas, llenos de suelos vacíos y casas apuntaladas. 250 edificios, con un total de 1.164 viviendas han tenido que ser demolidas. Pero en su lugar, en vez de edificaciones nuevas sólo hay solares. Otras 1.800 viviendas están pendientes de reparación porque los peritos de las aseguradoras se niegan a aprobar los gastos. En 11 colegios de la ciudad, los niños dan clases mientras continúan las obras de reparación y dos institutos, así como un centro de salud, continúan demolidos sin ningún proyecto de reconstrucción a la vista.


Después de un año de la tragedia que asoló la ciudad murciana, una clase política que incumple sus promesas y hace oídos sordos a las acuciantes necesidades populares, unos bancos y aseguradoras que se dedican a hacer negocio con las desgracias ajenas, se han revelado como mucho peores que los terremotos.

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