El número de hambrientos en el mundo supera por primera vez los 1.000 millones, mientras las principales burguesí­as han dedicado 18 billones de dólare

Peores que el ébola

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha lanzado un grito de alarma. Por los efectos de la crisis, el número de personas que pasan hambre en el mundo superará este año, por primera vez en la historia, la insoportable cantidad de 1.000 millones. Mientras esto ocurre, las principales burguesí­as han regalado ya a los principales bancos 18 billones de dólares en forma de planes de rescate. Este es el virulento antagonismo que encierra el capitalismo, y que la crisis hace estallar ante nuestros ojos.

El informe sobre “El estado de la seguridad alimentaria 2009” ublicado por la FAO ofrece conclusiones demoledoras: el número de personas que pasan hambre en el mundo se incrementará un 9%, llegando hasta los 1.020 millones, el peor dato desde 1970. El director de la FAO, Jacques Diouf, puso el dedo en la llaga al afirmar que “el aumento del número de víctimas es intolerable. Tenemos los medios técnicos y económicos para hacer desaparecer el hambre, lo que falta es una mayor voluntad política para erradicarlo para siempre. Los líderes mundiales han reaccionado con contundencia a la crisis económica y financiera y han logrado movilizar miles de millones de dólares en un plazo de tiempo muy corto”. El montante de todos los planes de rescate bancarios -robado de nuestros bolsillos para sostener a las oligarquías financieras- supera ya los 18 billones de dólares. Tal y como plantea Josette Sheeran, directora del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, “con menos del 1% de lo que los países ricos han gastado en salvar los sistemas financieros, se podría solucionar la hambruna con soluciones a largo plazo”. Sólo con los 18 billones de dólares movilizados en los planes de rescate bancarios se garantizaría la erradicación del hambre en el mundo durante 198 años. Sólo con el incremento de las ganancias de la burguesía mundial durante los últimos diez años se garantizaría durante 194 años la conquista de los objetivos del milenio (que abarcan la reducción a la mitad de la pobreza extrema y el hambre, la reducción en las dos terceras partes de la mortalidad infantil, o la extensión de la enseñanza primaria a todo el planeta).La humanidad dispone de la capacidad –productiva, científica, médica, tecnológica…- para erradicar las lacras de la pobreza extrema, el hambre, la sobremortalidad infantil, el SIDA, la malaria o la tuberculosis…Pero el dominio y la explotación global de las principales potencias imperialistas lo impide. Haciendo posible que, según el último informe de la ONU, el 0,001% de la humanidad –los miembros de las oligarquías financieras- acumulen el 20% de la riqueza mundial, mientras el 50% de la población mundial debe sobrevivir con el 1%.Tal y como planteaba Marx en el Manifiesto Comunista: "he ahí una prueba palmaria de la incapacidad de la burguesía para seguir gobernando la sociedad e imponiendo a ésta por norma las condiciones de su vida como clase. Es incapaz de gobernar, porque es incapaz de garantizar a sus esclavos la existencia ni aún dentro de su esclavitud (…) La sociedad no puede seguir viviendo bajo el imperio de esa clase; la vida de la burguesía se ha hecho incompatible con la sociedad”.

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