Trágica huida de vuelta al centro de menores

Peligroso, el Estado-padre

S.G. una niña de 14 años ha muerto como consecuencia de las heridas que sufrió al tirarse de la furgoneta en marcha cuando estaba obligada, tras pasar las vacaciones de Semana Santa con su abuela en Ciudad Real, a volver al centro de menores Casa Joven, de Azuqueca de Henares (Guadalajara). Enrique Múgica, el Defensor del Pueblo, ha afirmado que «la niña tení­a que estar desesperada por algo para tirarse de un coche en marcha antes que volver a ese centro». Cuando, además, existen familiares con los que convivir, como en este caso. O familias que los integren. Peligroso es que el Estado se convierta en padre, se haga cargo de la vida de esos menores, y los ingrese en este tipo de centros como si fueran delincuentes, cuando son niños de familias desestructuradas.

El centro de menores, gestionado or la Fundación O’Belen, figura en el informe elaborado entre 2007 y 2008 por el Defensor del Pueblo sobre irregularidades en la gestión y su tratamiento. Múgica ha declarado que “nos consta que la Fiscalía ya ha intervenido también” ya que es“de los peor gestionados de España”, donde los niños sufren una “total falta de cuidados necesarios y tratamientos absolutamente inadecuados”. El informe reveló que en muchos centros se llevan a cabo “prácticas contrarias” a los derechos de los niños y que la mayoría realiza contenciones físicas y mecánicas en situaciones de alteración del menor, en ocasiones con una agresividad “desproporcionada” y varias veces al día. El informe, presentado a la Comisión mixta Congreso-Senado, se centraba en la investigación de 27 de los 58 centros de este tipo existentes en España, en el que se denuncian casos de maltrato. Más de la mitad de las instituciones utilizan medidas de aislamiento, que se produce en salas de reducido tamaño, bajo el nombre de ‘salas de agitación’ o de ‘reflexión’ con paredes recubiertas de goma negra y carecen de ventanas, lo que provoca una atmósfera asfixiante y un gran rechazo en los menores. Muy peligroso. Para estos menores, el Estado-padre se ha convertido en el Estado-cárcel.

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