Avances contra las enfermedades neurodegenerativas

Parkinson, Alzheimer… protección total

Una de las enfermedades neurodegenerativas que tiene tratamiento es el mal de Parkinson. Sin embargo, se trata de un tratamiento (administrar dopamina) que va perdiendo su efectividad con el tiempo. Por otra lado, aunque es una de las enfermedades que potencialmente se podrí­an beneficiar del trasplante de células madre pero que no está resuelto para evitar que estas células generen tumores en el cerebro. Un nuevo descubrimiento abre una nueva ví­a de abordaje con resultados, en principio, espectaculares.

Científicos de la Universidad estadounidense de Wisconsin-Madison han descubierto una roteínas que aportan protección total contra el mal de Parkinson. Estos investigadores estudiaron las células del cerebro, los astrocitos, que juegan un papel de apoyo a las neuronas, que producían el doble del nivel considerado normal de una proteína llamada Nrf2. Esta proteína protegió a los animales frente al MPTP, una sustancia cuya toxicidad para las neuronas productoras de dopamina fue descubierta en 1982 cuando se observó que drogadictos de California desarrollaban prematuramente el mal de Parkinson. La heroína estaba adulterada con MPTP. Desde entonces ha servido para producir modelos de enfermedad de Parkinson en los ratones de laboratorio.Este avance es del máximo interés y no es casual. En los últimos años la investigación sobre desórdenes neurodegenerativos como el mal de Alzheimer o el de Parkinson se han centrado en el estudio del suicidio celular que acontece en ellas y en el estudio del papel de los astrocitos, unas células que superan en número a las neuronas cerebrales y que les proporcionan protección. Este enfoque, en tanto y cuanto las neuronas no pueden regenerarse una vez mueren, consiste en prevenir dicha muerte. Y en este sentido, la proteina Nrf-2 parece equilibrar las alteraciones que disparan los mecanismos de suicidio celular.La proteina Nrf-2 se pega al ADN de la célula y desencadena la actividad de cientos de genes que producen sustancias que protegen las neuronas vecinas de las reacciones químicas (oxidación) que provocan su lesión o muerte. Identificar estas sustancias es ahora el objetivo de los investigadores y, por otro lado, encontrar fármacos que puedan provocar, para encarar su experimentación en humanos, que los astrocitos secreten esa cantidad de Nrf-2 que los ratones del estudio producen por sus características genéticas. Experimentos para tratar de aumentar la cantidad de proteina en humanos no se verán antes de dos años, pero las perspectivas son muy amplias. De este descubrimiento se puede beneficiar también la lucha contra otras enfermedades fatales como Alzheimer’s, ALS, o el mal de Huntington, en las que la proteina juega un papel igualmente protector.

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