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Parásitos sí­, pero de los gordos.

Pablo Soto, el joven que desarrolló el software de programas de intercambio de archivos P2P como Manolito, Blubster y Piolet, y que han llegado a ser dura competencia de eMule, Kazaa o Napster, ha encendido la polémica en torno a la disparatada sanción que la acusación pide y el precedente que podrí­a crear si finalmente es condenado a pagar 13 millones de euros.

El asado día 19 dio comienzo el juicio que puede marcar un antes y un después en la lucha encarnizada que la industria lleva contra el resto del mundo. No se puede obviar con esto la cantidad de profesionales y artistas que respaldan la defensa por esta vía de sus derechos sobre la propiedad intelectual de sus obras, pero no es menos cierto que se coja por donde se coja quienes salen perjudicados son los usuarios y beneficiada la industria… nunca los artistas.La defensa basa su argumentación en que Pablo Soto tan solo ha desarrollado una herramienta y que no es responsable del uso que la gente haga de ella. Pero no se puede entender el por qué de tamaño disparate si no es partiendo de el conjunto de sectores afectados y las repercusiones que tiene la política de persecución y recaudo que se viene desarrollando.Universal, Sony, Warner y Emi se han coaligado en santa compaña contra el creador de Manolito P2P. Quizás debieran considerar presentar una denuncia similar contra las grandes compañías de telecomunicaciones que mantienen la red en la que se produce “el delito”. Cuanto mínimo se tendría que considerar un canon que percibieran directamente los artistas aplicado sobre el soporte físico que significan los miles de kilómetros de cable por el que circulan “las copias ilegales”.Promusicae – la patronal de las discográficas – encabeza la demanda sobre los hombros del Sr. Antonio Guisasola. En unas declaraciones, Guisasola comentó respecto al P2P de Soto que es “un programa creado para intercambiar música protegida. Le demandamos por parasitismo, porque él ha montado un negocio que incluye publicidad"Que las discográficas llamen parásito a un joven que desarrolla un programa para realizar descargas en internet intercambiando archivos y que obtiene beneficios de la publicidad que pagan determinados anunciantes, evidentemente, por el servicio de promoción que la página como soporte les proporciona… que lo hagan mientras ellas se apropian del 90% de los beneficios que se obtienen de la producción musical… que lo hagan mientras exigen quedarse con el 5% o el 10% de cada concierto para el que no han contribuido más que con la sangría a la que ellas llaman promoción y distribución…Parásitos sí, pero de los gordos.

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