Bruselas advierte del riesgo de aumento de la pobreza entre los parados españoles

Parado y pobre

Parado y pobre. Esta puede ser la negra radiografí­a de una parte cada vez más importante de los trabajadores españoles. El informe anual sobre Protección e Integración Social, emitido por la Comisión Europea, advierte que España es, sólo superado por Lituania, el paí­s comunitario con mayor riesgo de que se incremente en el corto plazo el número de parados en situación de pobreza.

El informe comunitario retende establecer, en palabras de su director, "una fotografía de la situación social" justo antes del impacto de la crisis.Pues bien, esa fotografía no puede ser más catastrófica para España. En 2007, antes de que el impacto de la crisis se trasladara a nuestras vidas, el 37% de los parados españoles se encontraban sumidos en la pobreza.Sólo con que esa proporción se haya mantenido, estaríamos hablando de 1,3 millones de parados arrojados al pozo de la pobreza.Pero el informe de la Comisión Europea advierte de que "el constante incremento del paro en España podría incidir seriamente en la proporción de desempleados en situación de pobreza a corto plazo".Sumemos el incremento, durante los últimos meses, en 600.000 de los parados que no cobran prestación alguna. Añadamos el incremento de los desahucios, por no poder pagar las cuotas de la hipoteca al haber perdido el trabajo. Tengamos en cuenta el asfixiante nivel de endeudamiento de las familias españoles, que al caer en el paro se transforma en una permanente espada de Damocles…Y el panorama no puede ser más sombrío. Sobre los parados españoles se cierne una inquietante amenaza.No es extraño que, según la reciente encuesta del CIS, el 96% de los españoles esté preocupado por la situación económica, que hasta el 75% califica de "mala" o "muy mala". Y que el paro sea, con un 37,7% de respuestas afirmativas, el segundo problema que más afecta personalmente.El director del informe afirma que "la crisis pondrá a prueba los sistemas de protección social de los Estados". Sobre todo, cabría afirmar, en el caso de España, donde el 24% de la población -es decir, 10,8 millones- estaba en 2007 -con el estallido de la crisis el número será mayor- en riesgo de caer en la pobreza.Y es que el riesgo de pobreza apenas disminuye hasta el 20,7% después de recibir las ayudas sociales. Una muestra de la ridícula cobertura social en España. Sobre todo en comparación con las sustanciosas ayudas ofrecidas a la gran banca.Pero el aspecto principal -aunque evidentemente debe hacerse- no es exigir del Estado "más protección social", como una especie de red que amortigüe los efectos de la crisis pero no cuestione sus causas.Si un porcentaje cada vez mayor de parados está en riesgo de caer en la pobreza es porque los sueldos y las prestaciones por desempleo -que todos hemos pagado a través de las cotizaciones descontadas de las nóminas- son extremadamente injustos.Lo que debemos reclamar ante la crisis es una auténtica redistribución de las rentas, en beneficio del conjunto de los trabajadores, que compense la pérdida de poder adquisitivo al haber impuesto "salarios mínimos" durante los años de bonanza.Ningún sueldo, ninguna pensión, ningún subsidio de desempleo, por debajo de los mil euros. Y si alguien debe reducírselo es Francisco González, presidente del BBVA cuyo salario ascendió el año pasado a 19,7 millones de euros, 530 veces el sueldo medio español.Esta justa, y perfectamente posible, redistribución de las rentas permitiría ahuyentar definitivamente el riesgo de pobreza que amenaza a los parados.

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