Nos bombardean a diario, desde casi todos los medios de comunicación, que forman parte del conglomerado controlado por la gran banca, con la urgente necesidad, entre otros recortes sociales, de aumentar los impuestos indirectos como el IVA para hacer frente a la creciente deuda pública. Pero ¿saben ustedes a quién no le va a afectar la subida de impuestos? A lo que se llama coloquialmente las grandes fortunas y donde se integran los miembros de la gran banca y de las grandes empresas. El Gobierno no va a aumentar la exigencia fiscal de las Sociedades de Inversión de Capital Variable (SICAV), que sólo tributan el 1% en el Impuesto de Sociedades. Pueden estar tranquilos con Zapatero. No van a tener ni subida de impuestos ni recorte de beneficios.
El atrimonio total que gestionan las más de 3.200 SICAV que funcionan en España se eleva a más de 25.000 millones de euros, y, en plena crisis económica, llegaron a aumentar su capital en un 4,3% sólo en el tercer trimestre del año pasado. Por ello, las SICAV son el instrumento que utilizan las grandes fortunas para tributar debido a que no solamente les permite disfrutar de privilegios fiscales, como tributar el 1% en el Impuesto de Sociedades, sino que, en muchas de ellas, casi la totalidad de su patrimonio lo sustenta un solo accionista, es decir, una sociedad de un solo individuo, lo que les permite evadir el pago de impuestos debidos. La Organización Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado ha declarado que el supuesto plan contra el fraude que el Gobierno tiene previsto aprobar el día 5 de marzo no incluye el endurecimiento de la fiscalidad de las SICAV, como habían propuesto, ya que permite defraudar cantidades mucho mayores que los pequeños contribuyentes como pueden ser la pequeña y mediana empresa, las pymes, y la economía sumergida. La organización de los Gestores Técnicos del Ministerio de Hacienda, Gestha,también han declarado que es necesario “cambiar la lupa” para que enfoque el fraude de los grandes contribuyentes, las grandes fortunas, y no se centre en los contribuyentes más modestos, que tratan de sobrevivir al duro impacto de la crisis. Porque si no se desplaza la presión hacia las grandes fortunas no se conseguirá reducir el fraude, ya que obviamente las cantidades defraudadas son mucho mayores y más relevantes. Todo ello, consideran que supondría un “gran avance” para España, puesto que actualmente es uno de los países con más fraude de toda Europa. Pero lo que llama la atención especialmente no es el fraude de la economía sumergida sino el fraude “legal” de las grandes fortunas como las SICAV, donde se llega a tener accionistas “tapadera” para llegar al mínimo de 100 que marca la ley. Sin mencionar otros instrumentos al servicio de la elusión fiscal como las Sociedades de Fondos de Capital Riesgo, cuyas plusvalías están bonificadas en un 99%, y las Entidades de Tenencia de Valores Extranjeros, que rozan directamente el delito de evasión.