Recuperar el tejido industrial vendido

Para que haya más, la industria tiene que ser nuestra

Ha habido desindustrialización, sí­. Pero también, y sobre todo, una vergonzosa entrega al gran capital extranjero de los sectores claves de la economí­a nacional. Aquellos sectores que no interesaban a los grandes monopolios extranjeros «minerí­a, ganaderí­a- se han desmantelado. Pero los más rentables «siderurgia, quí­mica- se privatizaron para luego ser «regalados» a precio de saldo a manos foráneas.

Asturias sigue siendo un importante centro industrial. Solo que quien se lleva la riqueza, y quien decide sobre la producción, está en Berlín o en Washington. Si queremos relanzar la industria asturiana, convirtiéndola en un motor de desarrollo y creación de empleo, tiene que ser nuestra. Hay que recuperar para manos nacionales la industria asturiana entregada al capital extranjero.

La venta de las joyas de la coronaEn los años cincuenta, el gobierno construye con capital público en Avilés una factoría siderúrgica integral, bajo el nombre de Empresa Nacional Siderúrgica S.A. ENSIDESA.En 1973, el Estado se hace con la totalidad de las acciones de UNINSA –la agrupación de tres empresas siderúrgicas privadas- y las fusiona con Ensidesa.En los años 90, se fusionan Ensidesa, , Altos Hornos de Vizcaya y Altos Hornos del Mediterráneo (AHM), dando origen a la Corporación Siderúrgica Integral, que más tarde pasaría llamarse Aceralia.A partir de entonces, se emprendió un indignante proceso de entrega a manos extranjeras de esta corporación siderúrgica, que costó miles de millones de dinero público levantar.Aceralia fue privatizada y pasó a ser absorbida por el gran capital europeo, y en 2.002 cae en manos del grupo Mittal Steel, un “reflotador” de acerías en crisis, principal productor de acero de EEUU.

Pero este no es ni mucho menos un caso excepcional.Asturiana de Zinc (AZSA) cayó en 1997 en manos del grupo suizo-estadounidense Glencore. En 2003 utilizó la planta española para enjuagar las deudas de su fábrica en Alemania, a la que traspasó 100 millones de euros y para su expansión internacional.

Hidrocantábrico Energía, la primera eléctrica de la región, se entregó a la portuguesa EDP, y ahora, tras una venta gestionada directamente por el FMI, ha pasado a manos chinas.Antes eran industrias nacionales. Ahora es el gran capital extranjero quien decide sobre la producción asturiana, y quien se lleva fuera los beneficios.

¿Quién se lleva la riqueza?No solo ha habido desindustrialización. Ese es sólo un aspecto de los problemas que aquejan a la industria asturiana. Y que esconde el salvaje saqueo de nuestras riquezas por parte de los grandes monopolios extranjeros. Asturias sigue siendo un gran centro industrial. El sector industrial emplea al 33% de los trabajadores, y factura más de 12.000 millones de euros anuales. El problema es quien se queda esa riqueza.

A diferencia de otras comunidades españolas, las grandes empresas de más de 250 trabajadores ocupan al 30,4% de los trabajadores asalariados. Y dentro de ellas, un pequeño grupo de 11 –la mayoría de las cuales son multinacionales –emplean más de 1.000 trabajadores y marcan el ritmo industrial de la región, sometiendo al resto del tejido productivo a sus intereses. Esta omnipresencia de las multinacionales supone un gigantesco trasvase al exterior de plusvalía y riqueza hacia el exterior.

«Los grandes monopolios se llevan los beneficios fuera, e impulsan la producción o desmantelan plantas enteras a conveniencia»

Sólo contando el segundo trimestre del pasado año, Acerol Mittal facturó unos beneficios de más de 1.000 millones de euros –un 9% más que el año anterior-, Alcoa –el primer monopolio mundial del aluminio, de capital norteamericano- 215 millones, o Du Pont –el gigante químico estadounidense- casi 1.000 millones, un 27% más que en 2.010.

A las multinacionales les va muy bien en Asturias. Ellos no están notando la crisis. Siguen acumulando miles de millones en beneficios. El director general para Europa de Du Pont calificaba recientemente su planta en Asturias como “la más rentable del continente”.

Cuanto más decidan ellos, más paro y menos desarrolloLos grandes monopolios deciden sobre la industria asturiana. Se llevan los beneficios fuera, e impulsan la producción o desmantelan plantas enteras a conveniencia.Acerol Mittal –que controla el 60% de todo el acero que se produce en España- acaba de comunicar a los sindicatos que, si los trabajadores no se rebajan el sueldo y aceptan una mayor flexibilidad laboral, pondrán en suspenso sus inversiones en Asturias e iniciarán un proceso de cierre de instalaciones en Gijón que podría alcanzar a uno de los dos hornos altos. Esto significa tanto como advertir de que la siderurgia asturiana tendría el tiempo contado.

Pero es que además, los grandes monopolios extranjeros han hecho negocio en Asturias disfrutando de multimillonarias subvenciones públicas, que se negaban a las pymes o autónomos.En los años ochenta Du Pont recibió para su instalación en Asturias 50.000 millones de las antiguas pesetas de subvenciones públicas. Pero Du Pont no llegó a desarrollar más que “un tercio de lo que era el proyecto inicial”.En los mismos años en que se descuartizaba la industria nacional a golpe de reconversiones, se gastaba el dinero público en subvencionar a los granes monopolios extranjeros.

«Es necesario recuperar estos sectores estratégicos, y convertirlos en corazón de un gran grupo industrial nacional»

Además, el poder de las multinacionales extranjeras se traduce en un gigantesco fraude fiscal permitido por las autoridades. Todas ellas son expertas en eludir sistemáticamente los pagos por e impuesto de sociedades que corresponden a sus multimillonarios beneficios. Como ejemplo, basta un botón de muestra. La multinacional estadounidense Praxair pactó con el gobierno asturiano abonar 264 millones para cerrar un caso de fraude por importe de 146 millones de euros cometido de 2001 a 2005.En España, durante años, una parte de los gigantescos beneficios de Praxair provino de defraudar a Hacienda de forma sistemática con un variado tipo de operaciones ilegales. La implicación de sociedades de Luxemburgo, Canadá, Suiza, Italia y hasta de la matriz de Estados Unidos llevó a la Audiencia Nacional a investigar a los directivos de la cúpula de la empresa.Los directivos de Praxair defraudaron unos 35,7 millones en 2004, y unos 48 millones en 2005.¿Cuantos cientos de millones más defraudan cada año? ¿Cuántos puestos de trabajo podríamos crear con ese dinero? ¿No podemos invertirlo en relanzar la industria nacional?

Es necesario recuperar para manos nacionales estos sectores estratégicos, y convertirlos en corazón de un poderoso grupo industrial que impulse el desarrollo.Si Bolivia ha conseguido renacionalizar el petróleo, y ahora los millones que se llevaban los monopolios extranjeros se invierten en el desarrollo nacional, ¿por qué no podemos hacer nosotros lo mismo?

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