Israel ha perpetrado en Gaza la jornada más sangrienta desde el bombardeo de la Franja en 2014. Los disparos del Tsahal han arrancado la vida de al menos 59 manifestantes y han causado dos millares de heridos graves. Esta masacre se ha producido como respuesta a las protestas palestinas por el traslado de la embajada de EEUU a Jerusalén, coincidiendo con el 70 aniversario de la creación del Estado de Israel: algo que los palestinos conmemoran como la ‘Naqba’, el gran desastre.
Donald Trump lo ha repetido varias veces. El traslado de la embajada de EEUU de Tel Aviv a Jerusalén -algo que contraviene las resoluciones de la ONU y el consenso de toda la comunidad internacional- «servirá para avanzar hacia la paz», según sus palabras. «Es un gran día para la paz», dijo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu durante la inauguración de la nueva sede diplomática, en presencia de una nutrida representación del equipo de la Casa Blanca. «Israel no puede tener un mejor amigo en el mundo que Estados Unidos», quiso añadir el primer ministro Netanyahu.
Mientras ellos se llenaban la boca de «paz» y de amistas, la sangre corría a raudales por Gaza y Cisjordania. La Franja ha vivido la jornada más cruenta desde que comenzaron las protestas masivas el pasado 30 de marzo, en el marco de la Gran Marcha del Retorno que denuncia el traslado de la embajada yanqui a Jerusalén, así como por los 70 años de la ‘Nakba’, la «catástrofe» que en 1948 que obligó al 70% de la población palestina a abandonar sus hogares y convertirse en refugiados.
La represión del ejército israelí contra las manifestaciones de palestinos en la frontera, utilizando fuego real y gases lacrimógenos, se ha cobrado en un solo día 59 muertos. La mayoría jóvenes, de entre veinte y treinta años: al menos cinco de ellos adolescentes (uno de catorce años, otro de quince y tres de dieciséis) e incluso un bebé de ocho meses, que murió de asfixia tras haber inhalado gases lacrimógenos. Es la cumbre sangrienta de varias semanas de protestas que se han saldado hasta ahora con más de de un centenar de muertos y unos 10.000 heridos de bala.
El balance de víctimas y heridos no tiene precedentes desde el bombardeo israelí de Gaza en 2014. Los disparos (a matar, como se puede comprobar en los cientos de vídeos que circulan en la red) y las bombas de humo del Tsahal han causado ya 2.410 heridos, que han colapsado unos hospitales de Gaza que tienen que atender a la gente en tiendas de campaña situadas en los aparcamientos. Las autoridades de la Franja han solicitado ayuda humanitaria a Egipto.
El traslado de la embajada norteamericana ha sido el detonante, pero el genocidio y la tragedia para el pueblo palestino duran ya 7 décadas: 70 años, 25.000 días. La creación del Estado de Israel en 1948 -amparada en ese momento por la recién nacida superpotencia norteamericana en su ambición por crear un Estado gendarme en Oriente Medio- supuso miles y miles de tragedias colectivas, plasmadas en la destrucción de al menos 418 poblaciones árabes y el desplazamiento forzoso del 70% de la población palestina. En los sucesivos conflictos posteriores -la Guerra de los Seis Días- Israel arrancó más y más territorios a los palestinos.
Hoy en el mundo hay 5 millones de refugiados palestinos, la mayor parte de ellos sobreviviendo en Jordania, Líbano o Siria. A los atestado campos de refugiados palestinos de Líbano (unos 450.000) se han sumado los 32.000 palestinos sirios huidos del sangrante conflicto en el país vecino, también provocado por EEUU.
¿Cómo no llamar a esto Naqba?
El mundo observa horrorizado la masacre israelí en Gaza, y como la administración Trump lanza a Oriente Medio por el abismo de la guerra y la desestabilización a gran escala. Los sangrientos sucesos de Gaza ocurren pocos días después de la ruptura del acuerdo nuclear con Irán y de que el ejército israelí lanzara una gran ofensiva contra las posiciones iraníes en Siria, poniendo a la zona al borde de una guerra a mayor escala.
Tras lo sucedido, varios países árabes han pedido una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. La respuesta estadounidense fue inmediata, vetando el borrador de declaración de condena y la petición de una investigación independiente por lo sucedido en la Franja. Tiene razón Netanyahu. No hay mejor protector en el mundo para el sangriento Estado de Israel que sus madrina, la superpotencia norteamericana.
Damián Sánchez Núñez dice:
Y ante tanta masacre y crímenes el papel de Europa se quede en el olvido
topotamadre dice:
Si vosotros sois unos sionistas de mierda, pagados por el ministerio de interior, unos vagos que no han pegado un palo al agua en su vida, unos subversivos y además no sois comunistas, sois una secta.