SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Palabras de destrucción

Dice Bárcenas que tiene más documentos. Sería bueno que se los entregara al juez cuanto antes porque guardarlos en el cajón ya no le va a servir, como él pretendió en su día, para convencer a los dirigentes del PP de que debían esforzarse en aliviar su horizonte procesal.

En ese horizonte está ya, se ha dado de bruces con él, así que, con documentos y sin ellos, lo primero que tiene que acreditar ante el juez es de dónde procede su inmensa fortuna. Y, una vez que le ha explicado por qué vías se financió ilegalmente su partido, debe aportar las pruebas de sus afirmaciones.

Ese acopio de pruebas va a llevar su tiempo y lo que vamos a tener, mientras tanto, es un revoltillo de nombres, fechas y cifras que van a alterar profundamente el panorama político y empresarial español. Porque, de momento, lo que ha hecho el ex tesorero es una narración detallada de cómo sucedían las cosas en el PP. Pero ésa es su narración, él es el amo y señor de ese relato –esta vez sí, relato– y ha sido plenamente libre de introducir en él los personajes y los elementos que le han venido en gana. Y, a efectos de destrucción de imagen de los mentados, da igual que lo que haya dicho sea cierto o no.

Como es imposible comprobar a vuelta de declaración quién participaba efectivamente del enjuague y quién era ajeno a él, absolutamente todos los señalados por la boca del ex tesorero quedan marcados. Y eso es así porque, mientras se prueban o se desmontan sus acusaciones, ninguno de ellos va a poder quitarse de encima el estigma de la sospecha de corrupción y sus devastadores efectos. Y el abanico de afectados va a ser amplísimo. Es desde ese punto de vista desde el que resulta en cierto modo indiferente el que Bárcenas haya mentido o haya dicho la verdad.

El terremoto se ha producido ya, las réplicas van a seguir sucediéndose y, una vez que todo quede aclarado en sede judicial, el recuento de víctimas será impresionante.

Debemos prepararnos también para asistir a partir de ahora a una interminable secuencia de desmentidos, que se irán produciendo según vayan conociéndose más detalles de la declaración ante el juez: todos los nombres de los empresarios supuestamente donantes de grandes cantidades de dinero a su partido, y todos los de sus compañeros del PP, supuestamente perceptores de cantidades menores, pero en todo caso llamativas. Desmentidos que, por lo dicho antes, jamás lograrán su objetivo de devolver el brillo a la reputación del mencionado. Para eso deben prepararse también los que hayan sido incluidos en la declaración de Bárcenas ante el juez Ruz.

Esto es como una bomba de neutrones, que deja en pie los edificios pero destruye a todo ser vivo que caiga bajo su radio de acción.

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