Los Goyas que vienen

Palabra de Álex

No podemos valorar todaví­a cuáles van a ser los resultados de la gestión del nuevo presidente de la Academia, lo que sí­ podemos valorar son los resultados del trabajo de Alex De la Iglesia. Nadie debe dudar de que esta gala y la calidad que contiene es gracias a la lí­nea que él representa.

Hemos de pedir disculpas, por adelantado, por no dedicar más espacio en estas páginas al acontecimiento más importante del cine español. No son excusas las fechas de edición, ni lo es que tampoco se las dediquemos a los Oscar, porque la realidad es que llevamos haciéndolo todo un año. Seguramente el 2011 sea el año que más hemos hablado de cine, y de buen cine. Salvo por la producción de Mateo Gil, Blackthorn, a la que el verano no nos permitió prestarle demasiada atención, las finalistas de los Goya se encuentran, todas ellas, en las apuestas que hemos hecho desde esta casa, con análisis y con entrevistas. Un western extraordinario de Mateo Gil, el mejor cine negro de la mano de Urbizu, una salto adelante de Almodóvar, y la mirada más limpia que se ha ofrecido sobre la Guerra Civil de Benito Zambrano. Nos decía Zambrano, con su característica modestia, que este es el año de Enrique Urbizu, y al pelicula vale tal afirmación. Pero lo realmente importante es que en un par de años, desde Celda 2011, el cine español aumenta aceleradamente la calidad de sus productos.

Nos falta la industria, es decir, los medios y la voluntad gestora. Porque los proyectos y los profesionales los tenemos. Podríamos remitirnos aquella “guerra de guerrillas” de la que hablaba Antonio Saura, o al cuello de botella que denunciaba Mario Camus. «Nos falta la industria, es decir, los medios y la voluntad gestora»Hay que aprovechar el momento de los cambios, la época en la que es posible encontrar unos Oscar despoblados de superproducciones porque han perdido la autoridad ideológica en el cine mundial. Por aquí, por aquí… y enhorabuena a los premiados.Respeto y agradecimientoExtracto del discurso de Alex De la Iglesia en la gala de los Goya del año pasado“Hace 25 años doce profesionales de nuestro cine, en medio de una crisis tan grande como la nuestra, caminaron juntos a pesar de sus diferencias. Quiero empezar este discurso felicitando a los fundadores de la Academia. […] Una película no es película hasta que alguien se siente delante de la pantalla y la ve […] Una película no tiene sentido sin el público. No podemos olvidarlo jamás. […] De las decisiones que se tomen ahora depende todo. Nada de lo que valía antes, vale ya. Las reglas del juego han cambiado […] ese público que hemos perdido y no va al cine porque está delante de una pantalla de ordenador […] Somos nosotros los que tenemos que cambiar […] aportando un nuevo modelo de mercado, que de cabida a todos los implicados […] Tenemos que preocuparnos por nuestros derechos, pero no olvidar nuestras obligaciones. […] Hacemos cine porque los ciudadanos nos permiten hacerlo y les debemos respeto y agradecimiento. […] Si queremos que nos respeten, tenemos que respetar primero.”

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