Sanidad

¿Pacientes vs enfermeras?

Desde el año 2000 se ha producido 1401 denuncias (una cada tres dí­as) de las que únicamente 65 (una cada veinte) ha acabado en condena para la enfermera. Los motivos de las denuncias suelen ser la administración incorrecta de inyectables, de medicamentos no apropiados, de un grupo sanguí­neo erróneo o el desconocimiento de alergias a ciertos fármacos o materiales.

El Consejo General de Enfermería ha uesto de manifiesto la necesidad de evitar la judicalización de la relación profesional-paciente, y para ello propone crear una oficina extrajudicial de defensa del paciente integrada por una mayoría de profesionales independientes que no sean enfermeros, que recogieran, investigaran y resolvieran las denuncias. No se trata de crear otra figura parecida a la que actualmente encarna la Asociación El Defensor del Paciente presidida por Carmen Flores, una organización totalmente independiente que lleva a los tribunales las negligencias médicas y que suele manejar unas 14.000 quejas al año. Obviamente, y así debe de ser, la figura del Defensor del Paciente no puede ser una figura regulada por el estado, puesto que éste es parte interesada y blindaría en este terreno sus intereses igual que blinda a sus profesionales catalogando de atentado la agresión a un médico de la sanidad pública. Lo revolucionario de la propuesta del Colegio de Enfermería reside, según palabras de su presidente, en que limitaría el poder de los colegios profesionales, además de acabar con la práctica de los bufetes de abogados de ir buscando clientes en las mismas salas del hospital o la tardanza en resolverse los casos en los tribunales (unos dos o tres años) que provoca malestar en todas las partes. Proponen crear guías clínicas y protocolos para que se pueda objetivar la buena o mala praxis del personal de enfermería.Realmente, es necesario articular una asociación unitaria que se proponga abordar la defensa del paciente en su conjunto, pero no del paciente frente a los profesionales, sino contra la indefensión a la que se suele estar sometido cuando otros intereses que no son la salud por encima de todo se entrecruzan por medio de la relación con el médico o la enfermera. Si no se entra en las causas de esta situación, difícilmente se va a poder acabar con el aumento de denuncias, algo que, como indica el Colegio de Enfermería, no favorece ni al paciente ni a los profesionales, puesto que obliga a éstos a adoptar una actitud defensiva, puesto que para evitar las denuncias se abusa de las pruebas o se evitan aquellas que pueden tener riesgo mayor.

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