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La empresa de calzado fuensalidana (Toledo) Pablosky es un ejemplo de como la producción española debe romper el corsé de unos pocos mercados internacionales para romper la losa de la crisis que requiere de nuestro país una salida que se plantee crear riqueza y empleo y no seguir en el camino de la dependencia, el endeudamiento y la improductividad.
Se trata de una emresa creada en el año 1969 y especializada en calzado infantil. Después de cuarenta años se ha convertido en un referente en su sector. Cuenta con trescientos trabajadores en su planta de Fuensalida (Toledo) y vende su producto en treinta países entre los que están Arabia Saudí, Ecuador, Emiratos Árabes, Estados Unidos, Jordania, Kuwait, Líbano, Rusia, Turquía o Ucrania o Chipre, lugar en el que se abrió en 1998 la primera tienda Pablosky en el extranjero.Dos millones de pares anuales. La empresa famliar toledana factura sobre los cuarenta millones de euros anuales. Las ventas han caído como la de tantas otras empresas productivas de otros tantos sectores. La forma de afrontar una caída de las ventas de un 15% en las dos últimas temporadas es lanzarse a una expansión más global orientada a países emergentes, principalmente de Oriente Medio, en los que la oportunidad de negocio no se ha anquilosado.Un eslogan pegón, "expertos en pies que crecen", y el saber captar, como dice su fundador, "en la calle y en las madres, cuáles son los productos que se venden bien" puede permitirle abrirse paso en mercados. Innovar y difersificar sus zapatos en función de los nuevos mercados es una de sus estrategias.Sobre la base de crear riqueza (de momento el empleo en esta empresa se ha congelado en la cifra actual) ha podido participar en proyectos como el de la Fundación Cadete, que tiene como objetivo la integración social del discapacitado físico, psíquico o sensorial. Hay que recordar aquí que fue un empresario del calzado de Elche con un hijo tetrapléjico el que financió los estudios de una científica española que consiguió regenerar la médula espinal de ratas ("El milagro de las ratas").Promover proyectos productivos con la mira puesta no en servir a unos pocos mercados del primer mundo sino en el mundo emergente y mejorar las condiciones de vida y trabajo sobre la base de la economía productiva. Pablovsky no es tan sólo una curiosidad o una anécdota en tiempos de crisis. En algunos puntos, recoge el camino a seguir para salir de ellos. En algunos.