Las subvenciones que reciben los grandes sindicatos crecen un 50% desde 2006

Otra vez… quien paga manda

Según las cifras del Ministerio de Trabajo las dos centrales principales, CCOO y UGT, han recibido un aumento de las subvenciones de más del 50%…. Mientras, en esos mismos años los salarios de los sectores más privilegiados protegidos por convenios apenas han crecido un 7%.

Las dos grandes centrales sindicales erciben subvenciones por “actividades formativas y sindicales”, “labores consultivas del Ministerio de Trabajo” y por “participación en la mesa de la función pública”. Por estos conceptos, desde 2006, las dos grandes centrales sindicales han recibido un 50% más de subvenciones. En concreto un 50,1% más para CCOO y un 46,8% para UGT.Cada vez resulta más difícil separar la financiación de las grandes centrales sindicales –dependientes doblemente de las subvenciones estatales y de los sueldos de “los liberados en la administración y las grandes empresas- de sus posiciones respecto a las propuestas del gobierno y a la hora de movilizar a los trabajadores frente a ofensiva del gran capital multinacional para endurecer las condiciones de explotación de la mano de obra. No es más que la aplicación práctica de la sospecha popular de que lo que funciona es el refrán de “quien paga manda”.Porque no nos engañemos, la actitud de las dos grandes centrales sindicales ante la mayor crisis económico-social de la democracia sólo es explicable en términos de sometimiento a la política del gobierno de Botín.No es entendible que no estén exigiendo la retirada de los fondos entregados a un sistema bancario que ha bloqueado la financiación de las pymes nacionales y las familias: No es admisible que estén aplaudiendo las medidas paliativas del gobierno sin mover un dedo para que se imponga un plan de ahorro y austeridad a todos los niveles (ahorro del Estado y ahorro de los sueldos de los ejecutivos, etc.). No es tolerable que digan que no aceptarán ninguna rebaja social (lo mismo que dice Zapatero) pero las estén aceptando por la puerta de atrás, por la puerta de las multinacionales que chantajean con la producción a cambio de imponer recortes salariales y de las condiciones de trabajo, o de los estamentos que han lanzado una ofensiva general para rebajar las pensiones.La situación lo que nos plantea, ahora más que nunca, es la necesidad de la independencia sindical. Unos sindicatos basados en su propia financiación a partir de apoyarse en los afiliados y en el conjunto de los trabajadores. La independencia económica es la base de la independencia política y sindical. Este principio fundamental se ha de volver a colocar en el puesto de mando de las centrales sindicales.

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