Rusia mantiene unos objetivos geopolíticos ambiciosos y los proclama cada vez más abiertamente. Una vez que recupere sus fuerzas, también ejercerá un impacto significativo sobre sus vecinos occidentales y orientales.
La Administración Obama está tomando las riendas de la olítica mundial y estas últimas horas, en Bruselas, los ministros de Exteriores de la Unión Europea y de la OTAN han tenido la ocasión de comprobarlo, a través de la nueva secretaria norteamericana de Estado, Hillary Clinton.Las directrices de Obama para la política internacional anuncian cambios significativos sobre el tablero. Con Rusia en primera línea de la agenda. La nueva administración estadounidense quiere sacar a Moscú del ostracismo internacional al que le condujo su invasión de Georgia.El presidente norteamericano Barack Obama subrayó su voluntad de dar un nuevo impulso a las relaciones entre Occidente y Rusia, con el objetivo de que Moscú utilice su influencia para disuadir a Irán de adquirir un arsenal balístico y nuclear.Los EEUU, una potencia no euroasiática, disfruta actualmente de la primacía internacional, y su poder se despliega directamente sobre tres de las periferias del continente euroasiático, a partir de los cuales ejerce una poderosa influencia sobre los Estados que ocupan el territorio euroasiático.Pero en el campo de juego más importante del planeta -Eurasia- es donde podría surgir, en un momento dado, un rival potencial de los EEUU. Por lo tanto, el punto de partida para la formulación de la geoestrategia estadounidense en Eurasia debe centrarse en los jugadores clave y en una adecuada evaluación del terreno.Los únicos límites de este dominio son el tamaño y el poder de Eurasia y el desgaste del poder estadounidense en el tiempo. Para que ello no pase factura, Washington debe gestionar el ascenso de otras potencias regionales y que éstas no supongan una amenaza.La meta de EE UU es avanzar hacia la creación de un núcleo político de responsabilidad compartida encargada de la gestión pacífica del planeta.Sería un sistema de seguridad para controlar las relaciones con toda Eurasia, con una OTAN ampliada vinculada con Rusia en materia de cooperación y mediante un diálogo entre EE UU, la OSCE, China y Japón, todo ello enmarcado en una comisión de seguridad permanente en la ONU que incluiría a EE UU, Europa, China, Japón, una Rusia confederada, India y otros países importantes, aliviando así las cargas internacionales de EE UU que seguiría ostentando el control de todo el sistema.Rusia mantiene unos objetivos geopolíticos ambiciosos y los proclama cada vez más abiertamente. Una vez que recupere sus fuerzas, también ejercerá un impacto significativo sobre sus vecinos occidentales y orientales, una demostración de esa recuperación ha sido la ultima crisis del gas con Ucrania que dejo un serio aviso a sus vecinos del sur.Rusia, debido a su doble poder nuclear y energético, se ha vuelto de suma importancia como actor euroasiático, al haber conformado al este un «triángulo estratégico» con India y China, mientras profundiza al oeste un eje con Francia y Alemania.Un acercamiento del eje Franco-Alemán a Rusia sin la tutela de EE UU, es uno de los mayores peligros para WashingtonEl proyecto franco-alemán de trabajar por hacer de la Europa unida un polo hegemonista emergente capaz de competir en el futuro con EEUU queda aparcado, previsiblemente, por un largo período, al tiempo que Europa, por primera vez, pasa a ser un región no central en la disputa por la supremacía mundial .Según Brzezinski, la única opción que tiene Rusia para no quedar aislada políticamente es la de una Unión Euroasiática, es decir, la integración en la Europa de la UE y de la OTAN, vinculada a EEUU por supuesto.Estados Unidos requiere una Europa unida para utilizarla como «puente» para lademocracia hacia la región asiática con la cuál limita. Esto aunado con la necesaria expansión de la OTAN ya que tal organización garantiza la seguridad europea al mismo tiempo que garantiza la presencia militar estadounidense en esa región. Además, EE UU debe evitar que Rusia tome otra dirección que no sea la integración en Europa, y para ello ésta y EEUU le deberían ofrecer un tratado especial con la OTAN con el fin de explorar conjuntamente la configuración de un nuevo sistema de seguridad y cooperación más allá de la OSCE.Rusia tiene diversas opciones de acuerdo a su realidad para reacomodar su papel en el sistema internacional.Esto es,» una asociación madura y estratégica con Estados Unidos», una visión hacia el «extranjero próximo» (su frontera sur) o en su defecto, una contraalianza que incluyera a algún tipo de coalición euroasiática «anti Estados Unidos» con el fin de reducir la preponderancia de éste último en lo que Rusia consideraría como una zona exclusiva de influencia.