Transplantes: récord en 2008

Once más entre nosotros

A lo largo del 2008 se han hecho 11 transplantes al dí­a para que 3945 personas hayan salvado su vida. Cada dí­a, según las cifras del año que acabamos de cerrar, en España se donan 4 órganos para transplantes. Estos datos encierran la virtud de que España se ha superado a sí­ misma, alcanzando récords históricos, siendo lí­der mundial en donaciones y transplantes. Las claves están en la ONT.

No son datos sólo del último año. Visto en los últimos 20 años, diez ersonas se han salvado de una muerte segura diariamente gracias a la Organización Nacional de Transplantes que dirige Rafael Matesanz. Estos números, lejos de estar en la tónica habitual de todos los años, no reflejan la inercia de un método que funciona y que coloca a España a la cabeza del mundo. Són el éxito de una línea y un equipo de profesionales, los que conforman la ONT, a la hora de vencer las dificultades y así debe ser reconocido. ¿A qué dificultades ha hecho frente la ONT? En los últimos tres años se ha producido un descenso drástico (de un 50%) de las donaciones procedentes de accidentes de tráfico. Ante ello la ONT se ha lanzado a promover de forma específica la donación entre los fallecidos por enfermedades “cerebrovasculares” y entre la población inmigrante. El resultado ha sido igualmente drástico en los dos frentes. En primer lugar, frente a que antes los órganos de personas con más de sesenta años se relegaban a un segundo plano por su inferior calidad comparados con los de personas jóvenes, ahora un 45% de los transplantes son de donantes de más de 60 años. Y, en segundo lugar, en 2008 el 9,1 por ciento del total de las donaciones proceden de población inmigrante, lo cual multiplica por dos las cifras de hace cuatro años. De las cinco primeras comunidades autónomas que superan los 40 donantes por millón de habitantes en el ranking de donaciones, es Melilla la que ostenta el récord con 57 donantes por millón. Las otras son Asturias, Cantabria, País vasco y Canarias). ¿Cómo es posible que en pocos años el porcentaje de donación de los inmigrantes se acerque a la proporción de inmigrantes respecto a la población total (11%)? La respuesta está en la línea de la organización de Rafael Matesanz. Una línea que pasa por disponer una red de transplantes que funciona a nivel nacional y que el sistema nacional de salud, a diferencia de otros países desprovista de ella, proporciona. En segundo lugar, se dispone de una red de médicos profesionalizados a los que se les da una formación específica para que las entrevistas con los familiares de los fallecidos, el traslado y transplante de los órganos se efectúe con absoluto tacto, eficacia y rigor. Y, en tercer lugar, y más importante, la credibilidad basada en todos estos años de funcionamiento en cuanto a que nadie duda de que los órganos van a ir destinados a quien más los necesite, no a quien más pague por ellos. Esto es lo que manda y lo que hace que no se pueda imponer una línea monopolista bassada en “tanto tienes, tanto vives”. Estos tres pilares, su carácter nacional, científico y popular, encierran elementos de lo que debería ser una sanidad al servicio del pueblo. Ahí está el éxito. Un éxito de todos.

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