Entrevista a Albert Rivera, presidente de Ciutadans

«Oiga, somos un paí­s soberano y podemos renegociar las cosas»

Albert Ribera, abogado catalán de 33 años, es presidente de Ciutadans-Partido de la Ciudadaní­a y diputado del parlamento de Cataluña desde 2006. De padre barcelonés y madre malagueña, fue uno de los grandes vencedores en las últimas elecciones autonómicas catalanas, donde Ciutadans triplicó sus escaños, pasando de 3 a 9 diputados. Conversador ágil y brillante, inspira confianza en el cara a cara. Y tiene las ideas claras sobre lo que necesita Cataluña. Pero también una mirada aguda sobre la actual situación de España. En medio de las turbulencias desatadas por el caso Bárcenas, mantuvimos con él la siguiente entrevista el pasado 22 de marzo.

¿De verdad crees que un burgués conservador como Artur Mas está dispuesto al choque frontal con el Estado que supondría llevar hasta el final su desafío soberanista?Yo creo que sí, precisamente por ese aburguesamiento que tienen algunos en Cataluña. Aquí se han hecho negocios, hay mucha corrupción, la caja está vacía, Cataluña está endeudada y todo eso está catalizando esa huida hacia delante de Artur Mas hacia el desafío separatista. La deriva soberanista es proporcional a los casos de corrupción, la caja vacía y la deuda que tiene la Generalitat. Pero, ¿que ha cambiado en el seno de CiU para que de pronto haya dado esta ruptura con respecto a su táctica política de los últimos 35 años?

Yo más que una ruptura creo que hay un punto de inflexión. La línea de construcción nacional que marca Pujol, de situar a España como enemigo, de “ingeniería social” nacionalista,… tiene que acabar necesariamente en el planteamiento de la secesión, es una deriva natural. El estallido de la crisis les ha llevado a un discurso populista de “con la independencia seremos menos pobres, no tendremos deuda,..” Pero en el seno de la dirección de CiU tiene que haber importantes sectores que vean con pánico esta deriva, por no hablar de una buena parte de su base de votantes.Sí, lo que pasa es que ellos han puesto el acelerador, el 11 de septiembre decidieron subirse a la ola independentista y ahora se han dado cuenta que la ingeniería social que intentaron hacer en tan poco tiempo, haciendo pasar a una base de votantes en gran parte nacionalista en independentista en 3 meses, no se ha producido. Han perdido 12 escaños, las encuestas les dan todavía 10 escaños menos y Convergencia tiene miedo sobre todo a una cosa, a perder el poder. Son un partido de poder, de clases dirigentes. Y lo que les da miedo a ellos no es tanto la ruptura con España como la pérdida de posiciones de poder.

¿A que juega la dirección del PSC? Porque si la política de Mas difícilmente representa a sus votantes, la del PSC es ya tirarse piedras sobre su propio tejado.

Es bastante inexplicable. Creo que se debe a la deriva que desde hace bastantes años está distanciando completamente a la dirección del PSC y su base afiliados y de votantes. Han perdido la mitad de votos en apenas una década. El PSC ha entrado en un proceso de degradación, de ser poco mas que una muleta de CiU, que lo está llevando a la desaparición.¿Eres de los que creen que la corrupción y el descrédito de la clase política son el principio del fin del actual régimen?Sí, creo que estamos asistiendo al final de un ciclo político. Lo que no sabemos es si esto va a ser cosa de un año, de una legislatura, de una década,… Pero lo que estamos viendo son síntomas de ese final de ciclo. Y la lucha que ahora se está produciendo es entre los partidarios de reformar el régimen y los inmovilistas, que tratan de mantenerlo a toda costa. Y entre los reformistas incluyo a quienes estamos sentados en el parlamento, un concejal, quien participa en una plataforma cívica o el que sale a la calle a manifestarse. ¿Te parece casual que hayan surgido así, tan de repente, tantos casos de corrupción que afectan a instituciones claves de Estado?Durante mucho tiempo ha habido un pacto de silencio entre la partitocracia, y ahora se ha abierto la veda. Ha habido una ruptura de ese sistema. Cuando en un país hay sectores del alto funcionariado que se rebelan contra las clases dirigentes, es señal de que algo está muy podrido en el sistema. Dices que se ha “abierto la veda”. Pero para que se abra la veda, es necesario que haya un dueño del coto que lo decida, unas armas cargadas, hacen falta “cazadores” y “presas”. ¿No crees que puede haber grandes centros de poder europeo y mundial que traten de aprovechar la inestabilidad política para imponer determinadas medidas favorables a sus intereses?Sí, hay que pensar en varios planos. Aunque lo determinante me parece la ruptura del pacto de silencio, el hartazgo de la ciudadanía y la rebelión de alto funcionariado, es verdad que la geopolítica puede jugar un papel de aprovechar que España esta débil. Seguro, conociendo como funciona la geopolítica y la política internacional, seguro.

¿Crees que debería modificarse la ley para dar a la corrupción el mismo tratamiento penal que al crimen organizado?

Esta es nuestra tesis. Ciudadanos lo hemos dicho hasta en la tribuna del Parlament: tenemos una banda organizada que tiene cargos públicos, funcionarios y empresarios que se organizan para sacar tajada del dinero público. Y creo que a esas bandas organizadas hay que tratarlas como mafias, porque eso es lo que son. ¿Estarías de acuerdo con la afirmación de que lo que estamos sufriendo es un ataque masivo contra los intereses del 90% de la población?Pues sí, porque si repasas los colectivos, prácticamente todo el mundo la está sufriendo. Trabajadores, pensionistas, autónomos y pequeña empresa, incluso empresas mayores. ¿Y con la idea de que este ataque viene principalmente del exterior, que son el FMI y Berlín los que marcan los objetivos, el ritmo y la intensidad de los recortes y ajustes?Creo que se puede afirmar, sin ninguna visión “conspiranoide” que nuestra soberanía como país está absolutamente condicionada por nuestros acreedores. Yo el único matiz que le pongo es que no se pueda hacer nada frente a esto. Creo que sí se puede afirmar eso, pero creo también que la posición sumisa de “¿y cuánto dice que le debo, cuándo tengo que pagárselo?”, oiga, somos un país soberano y podemos renegociar las cosas. España partía de unos niveles de deuda pública muy bajos. El problema es que nos han metido una mochila de un rescate bancario que supone una parte muy importante de esa deuda. Sí, pero también hay que mirar al otro lado, quién reclama esa deuda. Porque aquí lo que está pasando es que las grandes potencias centrales y sus poderes financieros quieren que paguemos nosotros las pérdidas. Sí uno mira la evolución de la deuda pública, eso de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades es una gran mentira. Y frente a la situación del tablero internacional, con Berlín, Bruselas y los grandes poderes financieros dando continuos jaques, la política de Rajoy debería ser la de alinearse con Francia, con Italia, con Portugal y con los líderes políticos del sur de Europa, para plantarse y decir que por aquí Europa explota porque no vamos a permitir que ustedes nos asfixien.

One thought on “«Oiga, somos un paí­s soberano y podemos renegociar las cosas»”

  • Tanto las preguntas que se hacen, como las respuestas que se dan, son un poco flojas. Es cierto que hay presión de Berlin y Bruselas, pues se quieren asegurar el cobro de la deuda;pero esto hay que enmarcarlo dentro de la crisis estructural del sistema capitalista, si no, estaremos condenados a dar palos de ciego.

    La veda se ha roto no sólo porque sectores del alto funcionariado se hayan rebelado, sino porque además, importantes grupos económicos y polí­ticos ven peligrar el sistema nacido en la Transición, y lo están dinamitando de forma controlada para evitar que los sectores populares
    tomen la iniciativa. Es aquello de: «cambiar algo para que no cambie nada».

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