La lluvia oscurece los árboles que ya anuncian los brotes de la resurrección. No se ven obreros un siglo más viejos con la gran escoba con la que Lenin barría zares, káiseres, o banqueros con sacos de oro, como se veía en la portada de Diez días que estremecieron al mundo; se ven jóvenes sin porvenir y viejos sin esperanza, que volvieron a la Puerta del Sol y, otra vez, han tambaleado los cimientos del país. Amenazan con orinarse en los mármoles y fastos de la Santa Transición. Hasta el CIS, moderno colegio de los etruscos, ha examinado las entrañas del país y se ha quedado absorto: el bipartidismo logra, por los pelos, el 50% de los votos, el sistema se está resquebrajando.
Carolina Bescansa, una de las fundadoras de Podemos, piensa que el cambio político es irreversible y que Podemos es la alternativa al PP. Se ha cumplido aquella profecía de Julio Anguita -el sorpasso-, según la cual, los comunistas lograrían sobrepasar al PSOE como fuerza hegemónica. La juventud es siempre una venganza y han sido, no los ortodoxos del PCE, sino sus hijos, los iconoclastas de Podemos, los que han cumplido lo que el califa les dijo: «La historia os ha dado una nueva oportunidad». Los comunistas siempre recordaron aquello que pensaba Marx de los socialdemócratas: «He sembrado dragones y he cosechado pulgas». Parece que no es la hora de los rábanos de la mesura -rojos por fuera, blancos por dentro-, sino de una nueva política de izquierdas cuando el Barómetro de febrero anuncia una catástrofe para el PSOE.
A los dirigentes del partido se les han quedado las circunvalaciones del cerebro averiadas: Lo que no pudo lograr el PCE en 40 años lo logró Podemos en 50 días. Las ideas no nacen de los puños, sino de la azotea, nacen paulatinamente y avanzan. Los del PSOE no lo vieron venir. Me comenta un avezado fontanero: «No me lo creo. Es propaganda del PP capaz de quedarse tuerto si logra que nosotros quedemos ciegos». Pero los tuiteros dicen que se habla de Pedro Sánchez para el Estudiantes. En el PP no noto que haya tanto estrés. Tienen las esperanzas puestas en el 30 % de indecisos, que van a ser la clave de las elecciones generales. Esperan un fuerte voto de castigo en Madrid. Todo indica que octubre rugirá en mayo, y habrá una gran conmoción en las municipales. Todo se estremece. El comunismo del siglo XXI sale de la calle y llega a los parlamentos y a los foros.
Hablando del siglo XXI: el club de la Transición y el esplendor del bipartidismo se apaga. Los socios están descontentos con Eduardo Zaplana porque anula actos. Antes de su llegada solían celebrarse por lo menos cuatro discursos o coloquios al mes y, ahora, apenas se celebra uno. Los de Podemos están vetados. El exministro prometió estar sólo un mandato, pero le queda año y medio y los socios están a punto de sublevarse.