Corresponsalí­a Alicante

«Obra social», la gran hipocresí­a

Esta es una muestra de lo que las cajas obligadas legalmente a destinar una parte de sus fondos a, «obra social», están haciendo con los ahorros y los intereses que reciben de la gente, con el consentimiento o como mí­nimo con el silencio de las instituciones, locales, autonómicas y nacionales.

Mientras las emresas de todos los sectores, pasan por verdaderos apuros al no tener el crédito con el que estaban funcionando, y por lo tanto, con un abanico de situaciones que van desde la suspensión de pagos, el cierre, o los EREs, de empresas que, en muchos de los casos, son igual de rentables que hace uno o dos años pero que ahora se les niega la financiación, y sin embargo se declaran por parte de cajas y bancos grandes beneficios, y además que se van a dedicar a prever sus propios problemas como entidades en un 80%, pero eso si, dedicando millones de euros a obra social, ¿Pero es que hay otra obra social más importante que la de invertir las fortunas que han amasado durante todos estos años en frenar el desempleo, y potenciar la productividad de nuestras empresas? Concretamente la citada entidad decidió estos últimos días, aumentar en un 46% respecto de el anterior ejercicio, la dotación para reservas, dedicando por lo tanto 324 millones de euros de beneficios, obtenidos de sus más de 3,3 millones de clientes que la sitúan como la cuarta de España. En 2008 la CAM obtuvo un beneficio neto de 390,4 millones de euros, el gasto que va a realizar en “obra social”, es de 70 millones de euros, un 6% más que en 2008.Es de una hipocresía criminal que se proclame a los cuatro vientos un “gasto solidario” de las cajas de ahorros, mientras las cifras del paro van aumentando, y las pequeñas y medianas empresas declaran de manera sistemática, encontrarse asfixiadas por la negativa sistemática e indiscriminada del sector financiero a dar financiación a su actividad, lo que provoca que estas empresas que mantienen una parte muy importante del empleo, se conviertan en inviables. En resumen se puede decir entonces que la “obra social” significa, hacer una serie de actos testimoniales destinados a sensibilizar o a colaborar con causas indudablemente justas, pero de poner soluciones a los problemas de los que producen sus ingentes beneficios ni hablar, y todo esto con el silencio total de instituciones partidos mayoritarios y sindicatos, y más sangrante todavía para los que se llaman de izquierdas. Se hace cada vez más urgente una regeneración de la vida política, para que alguien pueda levantar la voz por los intereses del pueblo trabajador.

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