Nutrición

Obesidad y televisión

Once paí­ses de la UE participan en un estudio sobre la influencia de la comercialización de los alimentos y bebidas en la dieta infantil, con el fin de contrarrestar el creciente problema de la obesidad en niños de hasta 12 años. La iniciativa busca que la Comisión Europea reformule su estrategia sobre «Sobrepeso y Obesidad» en 2010 atendiendo a las conclusiones que se obtengan. Si bien las perspectivas que se abren son enormes, a nadie se le escapa que la influencia que tienen las grandes multinacionales de la alimentación es determinante sobre la estrategia de los principales organismos internacionales que dicen velar por la salud de los ciudadanos. Llámese UE, OMS, ONU…

Este estudio debería sin duda acomañarse de un anexo sobre el poder de estas industrias que hacen que las recomendaciones sobre la inocuidad o no de las cantidades habituales de sal, azúcar o grasas (por poner ejemplos de componentes que afectan a la sabrosura de los alimentos que comercializan) salgan claramente sesgados a favor de dichas industrias. Los consejos de los paneles de expertos influenciados por estas industrias son romos con respecto a obligarlas, no sólo a ser transparentes en la información que ofrecen al consumidor (que suele ser la medida reina que se baraja en este campo) sino a abandonar las prácticas que son objetivamente nocivas para la salud de la población y que atienden únicamente a su balance de cuentas.Pero este es un objetivo que requiere la voluntad política para llevar a cabo una campaña de concienciación popular que dinamita las fidelidades de las principales instituciones y gobiernos occidentales. Campaña sobre el carácter enemigo de los intereses de los todopoderosos monopolios alimentarios dominantes en el mercado (Nestlé, Kraft…), de generalizar nuevos hábitos alimentarios dotando al país de industrias que generalicen y abaraten la dieta mediterránea, que es uno de nuestros principales recursos totalmente abandonado. La comercialización de los productos alimentarios tiene en la televisión uno de sus principales soportes. Internet y otros canales como los cines, la publicidad en los establecimientos, en la ropa o en las propias escuelas van aumentando para llegar al público infantil y juvenil. Pero sería un error dejar el asunto en los típicos códigos éticos en la publicidad. El problema es el contenido real que se ofrece.Las cifras de obesidad en la población escolar española son alarmantes, tal como indican multitud de estudios sobre el tema. En la UE se considera una problemática "epidémica" en todos sus países. La prevalencia del sobrepeso en niños de edad escolar en la UE ha pasado, aproximadamente, del 9 por ciento en 1975 al 25 en 2003, con toda la carga de enfermedades asociadas, como la diabetes o las relacionados con el corazón, que lleva aparejada esta enfermedad con el tiempo. El estudio ha recogido la opinión de entre 110 y 150 expertos, instituciones y sociedades científicas de esos once países con influencia real en la comercialización de alimentos y bebidas para niños y se prevé que las conclusiones se pongan en común durante los próximos noviembre y diciembre.

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