Visita de Obama a las tropas de Irak

Obama y las tropas del cenagal

Podí­a haber visitado Afganistán al queso administración ha dedicado más tiempo y atención, pero antes de retornar desde Turquí­a a Washington, el presidente norteamericano ha decidido pasar revista a las tropas de Irak y entrevistarse con los lí­deres polí­ticos del paí­s ocupado. «El presidente Obama ha elegido Irak» para demostrar que «el conflicto reposa fundamentalmente en soluciones polí­ticas» y requiere del diálogo, el contacto y el apoyo de los gobernantes locales, vino a decir el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs.

Desués de su gira europea, donde ha participado en la cumbre del G-20, en la de la OTAN y en la de Turquía, Barack Obama vuelve ya hacia Washington. Pero no quería hacerlo sin dar público respaldo a las tropas de Irak, país del que la Casa Blanca ha decidido retirarse en 18 meses. No pocos acérrimos de la línea Bush criticaron al candidato demócrata de antipatriota durante la campaña electoral por no apoyar a los soldados de Irak. Así que no pocos han interpretado la visita iraquí como un respaldo a los 144.000 soldados que ocupan el país árabe, y más después de que en las últimas semanas Obama haya centrado sus discursos en el frente afgano. Tras la retirada escalonada, prevista para agosto de 2010, todavía quedaran 50.000 en Irak para velar por los intereses de EEUU.La visita, de algo más de cuatro horas, incluyó la condecoración con diez medallas al valor a las tropas y demás actos enaltecedores. "Estamos dedicando mucho tiempo a tratar de reconducir la situación en Afganistán, pero todavía hay mucho trabajo por hacer aquí", dijo Obama a los 600 soldados de la base militar de Camp Victory, cercana al aeropuerto de Bagdad. "Los próximos 18 meses serán críticos", arengó a los militares. Pero evidentemente Obama no ha ido de animadora. El presidente norteamericano mantuvo entrevistas y reuniones de trabajo con las autoridades militares norteamericanas y con los gobernantes iraquíes. En la sesión informativa de con el general Ray Odierno, al frente de las tropas en Irak, y el consejero de Seguridad Nacional, James Jones repasaron la situación en el país, donde los niveles de violencia ciertamente han descendido, aunque ayer murieron 37 personas y 125 resultaron heridas al estallar seis coches-bomba en diferentes puntos de la capital, en la peor jornada terrorista desde hace meses. Desde la invasión de 2003, han muerto 4.266 soldados y más de 16.000 han resultado heridos, lo que ha generado en EEUU un fuerte “Síndrome de Vietnam” y un mayoritario rechazo social a la permanencia de las tropas en el país árabe.EEUU ha decidido que el legado irrenunciable de Bush está en Afganistán y no en Irak, pero sabe que no puede irse sin dejar los cabos atados y bien atados. Por eso la estrategia norteamericana de los últimos años ha consistido en cooptar a sectores de las élites iraquíes y tratar de forjar un Estado vinculado orgánicamente a Washington, sobretodo en sus estructuras más fundamentales: el ejército iraquí, la policía y los servicios secretos. Aparatos represivos que sean capaces de mantener a la insurgencia bajo unos niveles y que puedan impedir que Irak degenere hacia el caos. Sobre esto trató la entrevista de Obama con el primer ministro Nuri al Maliki y con el presidente iraquí, Jalal Talabani, que aseguraron al presidente estadounidense que continuarán los progresos en seguridad.Ahora la Casa Blanca trata de exportar la estrategia seguida en Irak al frente afgano. Pero no sólo esta por ver si la receta de Bagdad servirá para Kabul, sino si las arenas movedizas del traicionero pantano de Mesopotamia no acaban tragándose todo lo que la superpotencia ha diseñado y construido en Irak.

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