EEUU comienza una gran ofensiva en Afganistán

Obama lanza la Operación Khanjar

El Ejército de EEUU en Afganistán ha dado comienzo a la mayor ofensiva en el paí­s desde la invasión, denominada Operación Khanjar. El ataque masivo, en el que participan 4000 soldados norteamericanos -entre Marines y tropas regulares- y unos 600 policí­as y militares afganos, tiene por objetivo tomar el control de la región de Helmand, al sur del paí­s, y establecerse allí­. Se trata de la primera prueba de fuego para la nueva doctrina militar de Obama en Afganistán.

Hasta el momento, el Valle del Río Helmand era territorio comanche ara las tropas norteamericanas y británicas, que han sido repelidas por la insurgencia talibán con un número significativo de bajas (25 sólo este año). El enclave tiene gran importancia para los islamistas: aquí cultivan gran parte del opio que es una de sus principales fuentes de financiación.La ofensiva es en primer lugar novedad por su volumen: es la operación militar más masiva que lleva a cabo el Ejército norteamericano desde la sangrienta toma en 2004 de Falujah en Irak. El Pentágono no ha escatimado hombres y ha enviado tropas de élite: la 2ª Brigada Expedicionaria de Marines, desplazada a principios de año al país, apoyada por otra brigada del US Army y del ejército afgano. Tampoco armas ni medios, y en la ofensiva participaran la aviación, tanques y algunos de los últimos modelos de helicópteros de combate.Pero sobretodo la diferencia está en la estrategia que usarán las tropas norteamericanas. Se trata de la primera operación dirigida por el nuevo jefe de las fuerzas norteamericanas en Afganistán, el general Stanley McChrystal, que sustituyó hace unas semanas al general David McKiernan, relevado tras sólo un año de mandato por su incapacidad manifiesta de hacer frente al avance de los talibanes. Este boina verde, especialista en operaciones especiales, cobró gran notoriedad a las órdenes del General Petraeus en Irak por la captura de Saddam Hussein o por la caza del número uno deAl Qaeda en Irak, Abu Musab al-Zarqawi. Es además uno de los artífices de la estrategia de EEUU en el país árabe, que pone especial énfasis en la formación de cuerpos cipayos (policía y ejército) vinculados a los ocupantes pero capaces de hacer frente a los insurgentes, y en ganarse el apoyo de al menos una parte de la población civil.Y efectivamente, la Operación Kahanjar lleva su marca. Su subordinado, el comandante de brigada, brigadier general Lawrence D. Nicholson, insistió en que “estamos haciendo esto de manera muy diferente”, y aseguró que los marines enfocarán sus esfuerzos en “proteger a los civiles de los talibán” y en restaurar los servicios del gobierno afgano, frente a las misiones de cazar-y-matar insurgentes de éxito dudoso. “Vamos a estar con la gente. No vamos a ir a trabajar en auto. Vamos a ir caminando”, dijo Nicholson, como si de una ONG se tratara.Hablando en un lenguaje menos idílico, la misión consiste en abrirse paso hasta las bolsas de territorio donde las fuerzas de la OTAN no han podido llegar hasta ahora, conquistarlas y establecerse en puestos avanzados entre la población local. No por apego a la población, sino –como en Irak- porque se buscará ganarse el apoyo de los elementos más contrarios a los talibanes o más proclives a arrimarse a los nuevos ocupantes. Pero además se busca golpear a la insurgencia talibán en su base económica. Se trata de una región vasta y árida, pero en las lindes del río Helmand crecen grandes extensiones de amapolas de las que los islamistas extraen opio y heroína que les procuran una de sus principales fuentes de financiación.De momento las fuerzas norteamericanas han tomado las primeras posiciones sin encontrar resistencia. Pero convendría recordar cual ha sido el sino de todos lo que parecía un paseo militar en los últimos años para el ejército más poderoso del mundo.

Deja una respuesta