Selección de prensa internacional

Obama desenfrenado

La intervención de Obama anoche en un discurso ante una sesión conjunta del Congreso y el Senado centra hoy la atención de la prensa internacional, aunque la europea por la diferencia horaria no haya podido llevarla a portada. Y si ayer decí­amos que la visita de Clinton a Asia habí­a creado división de opiniones, el discurso de Obama no le ha ido a la zaga.

Wall Street Journal valora lo ocurrido ayer en el Caitolio como la aparición del verdadero Obama, un “Obama desenfrenado” como titula su editorial. Desenfrenado en el gasto público, en la intervención del gobierno, en las reformas estructurales en terrenos como la sanidad, la educación o el medio ambiente y la dependencia energética,… Temas que constituyeron el núcleo central de discurso de Obama y en los que el WSJ ve el inicio de una ofensiva demócrata por expandir ilimitadamente el poder del gobierno aprovechando la popularidad intacta de Obama tras un mes de gobierno y el miedo de la mayoría de la sociedad norteamericana a las consecuencias de la crisis y su demanda de un liderazgo fuerte. Justamente los mismos puntos que destaca, pero en un sentido completamente opuesto el New York Times, que confiesa la decepción de los últimos 30 días al apreciar a un Obama timorato y vacilante frente al Obama enérgico y decidido de la campaña. Algo que cree que ha cambiado, o que va a cambiar, tras el discurso de ayer. Restablecer la economía y rescatar al sistema bancario al mismo tiempo que se reforma el sistema público de salud, la educación y se encuentran nuevas fuentes de energía alternativas, es, desde la óptica del NYT, unir las urgencias de la coyuntura económica a los desafíos a largo plazo de EEUU. Razón por la que se muestra entusiasmado con este giro anunciado por Obama. El Washington Post, por su parte, se mantiene en un punto intermedio entre ambos. Ni recela del intervencionismo ni aplaude entusiasmado las reformas, sino que simplemente se pregunta si Obama no se está proponiendo unos objetivos demasiado ambiciosos que ni política ni económicamente el país puede abordar al mismo tiempo. Las próximas semanas y meses dirán cuánto hay de deseo y cuánto de verdad en lo anunciado ayer por Obama. Lo cierto es que si su Administración es consecuente, y capaz, en llevarlo adelante, EEUU se va a ver abocado a una de las transformaciones más importantes sufridas desde mediados del siglo XX. Transformaciones cuya profundidad será equivalente a las resistencias y dificultades de todo tipo con las que se va a encontrar. Tras el discurso de ayer, parece que ahora empieza en serio la nueva era de Obama. EEUU. The Wall Street Journal OBAMA DESENFRENADO Cualquier persona que pensara que la recesión y la agitación de los mercados financieros moderarían las ambiciones de la política del presidente Obama, descubrieron anoche lo contrario. Lejos de sugerir límites al gasto federal, el nuevo presidente dijo claramente en su primer informe presidencial ante el Congreso sobre el estado de la Nación que cree en el poder del gobierno como la respuesta a nuestras dificultades actuales, y que se propone utilizarlo. Sospechamos que muchos estadounidenses responderán bien a su clara determinación, vinculada como estaba al optimismo sobre el futuro. Los estadounidenses andan en busca de un liderazgo, y anoche el Sr. Obama redujo sus recientes comentarios sobre una inminente "catástrofe" para señalar un brillante futuro más allá de los problemas de hoy. Los estadounidenses quieren que las políticas del Sr. Obama tengan éxito, ya que entienden, con razón, que todos nosotros pagaremos un precio si no es así. Esto ayuda a explicar las altas valoraciones del Sr. Obama en las encuestas, a pesar de las tormentas de los mercados financieros y la división partidista sobre el proyecto de ley de estímulo. Los estadounidenses no ha concedido tan fácil o rápidamente un grado de acuerdo tan alto a otro Presidente. La división política está más en los medios que en los fines, y en ese sentido el Sr. Obama está revelándose poco a poco a sí mismo como un Presidente que cree en lo que dijo durante las primarias. Cree en el poder del Estado para impulsar la prosperidad, para reformar el sistema financiero y la atención a la salud, e incluso para transformar toda la política energética. El Sr. Obama dijo en una ocasión que no creía en el gobierno por sí mismo, pero su política está demostrando lo contrario. Nos ha impresionado especialmente su determinación de superar el régimen de "cuotas y mercados" del carbón, a pesar de los costes que impondría a la economía en medio de una recesión (…) la semana pasada los asesores ecológicos del Sr. Obama han declarado que la Administración declarará oficialmente pronto que el carbón debe regularse como cualquier contaminante en virtud de la Ley de Aire Limpio. Esto desencadenará una avalancha de nuevos controles reglamentarios en toda la economía (…) Del mismo modo, incluso muchos demócratas han sostenido que el sistema político no puede acoger simultáneamente el debate sobre las “cuotas y mercados” y la reforma de la atención sanitaria en el mismo año. El Sr. Obama dijo anoche otra cosa. Instando al Congreso a aprobar un nuevo derecho de atención universal a la salud “este año”, una solicitud que fue acogida con aplausos extasiados por los demócratas que ahora dominan el Congreso. Nadie cree en serio que ese tipo de compromiso costaría menos de 220 mil millones de dólares al año, que es mucho dinero, incluso en el Washington de hoy. El Sr. Obama sugirió que podría financiar todo esto con una combinación de un recorte presupuestario y un aumento de los impuestos en un exiguo 2% para los contribuyentes. El Presidente dijo que su personal ya ha encontrado 2 billones de dólares en ahorros de gastos, esperamos con interés los detalles. En cuanto al 2%, muchos americanos son más pobres de lo que solían ser. Y, en cualquier caso, no serían muchos de ellos los que estén dispuestos a pagar por los planes del Sr. Obama (…) El Sr. Obama hizo un valiente intento de explicar la importancia de sacar del agujero al sistema financiero, lo que no es tarea fácil, teniendo en cuenta la ira hacia nuestras elites financieras en todo el país. Pero él mismo también contribuyó a esa ira cuando declaró que "esta vez, los CEOs no serán capaces de utilizar el dinero de los contribuyentes para rellenar sus cheques de cobro, amueblar sus despachos lujosamente o desaparecer en un jet privado" (…) El Sr. Obama cree claramente que la recesión ha creado un momento político, en el que los estadounidenses tienen suficiente miedo como para estar receptivos a una nueva era de gobiernos expansivos. La cuestión es si su extensas ambiciones permitirán a la economía privada crecer lo suficiente, incluso para empezar a pagarlo todo ella. THE WALL STREET JOURNAL. 25-2-2009 EEUU. The New York Times LA HORA DEL JUICIO Si hemos tenido dudas acerca de la forma como el presidente Obama ha manejado los múltiples desastres legados por George W. Bush, empezando por el encadenamiento de la crisis económica, es porque queríamos ver más del candidato Barack Obama en el presidente Barack Obama. No ha sido lo suficientemente asertivo, ambicioso, claro o audaz. El primer discurso de Sr. Obama en una sesión conjunta del congreso el la noche de martes era la ocasión de cambiar eso, y aprovechó la ocasión. Sonó confiado prometiendo que la nación se reconstruirá y “emergerá más fuerte que antes” , sin reducir lo más mínimo los graves problemas que primero deben ser superados. Trazó brillantemente una línea divisoria entre su opinión sobre las responsabilidades del gobierno y la de los republicanos que ayudaron a crear este lío y se han obstinado en no proporcionar ninguna ayuda (…) Obama ha dicho con razón que los problemas económicos del país “no comenzaron cuando se derrumbó el mercado inmobiliario o la bolsa se hundió.” Dijo que la nación ha sabido desde hace tiempo que necesita romper su dependencia del petróleo, reformar el sistema médico y arreglar sus escuelas. “Y aunque todos estos desafíos estaban sin resolver, todavía nos empeñamos en gastar más dinero y acumular más deuda, como individuos y a través del gobierno, que nunca antes”. La crisis económica requiere una acción inmediata, valiente y exhaustiva. Y en la noche del martes, el Sr. Obama exhibió la ambición y la visión arrebatadora que le llevaron a la Casa Blanca y que esta crisis exige. Obama dijo que el restablecimiento de la economía y el rescate del sistema bancario de la nación no sólo pueden, sino que deben ser realizados al mismo tiempo que la reforma de la atención médica, la inversión en la educación y encontrar nuevas fuentes de energía alternativas. Es un cambio refrescante después de su duro forcejeo en torno al plan de estímulo. El deseo del Sr. Obama de cumplir su promesa de campaña de recurrir al bipartidismo es admirable y es muy posible reparar las divisiones de Washington con el tiempo. Sin embargo, él y sus colaboradores se empeñaron demasiado en intentar ganar el apoyo de una oposición que no da señales de reciprocidad. El resultado es que el paquete de medidas es más pequeño y menos centrado de lo que se necesita para hacer frente a los profundos problemas de la economía. Ahora sólo esperamos que el Sr. Obama utilice su propuesta de presupuesto de 2010, que presenta esta semana, para acelerar su amplia agenda económica. Obama dijo que pondría fin a los recortes fiscales que Bush promulgó para los más ricos de los estadounidenses. Pero que por sí solos no llevarán a su objetivo de reducir a la mitad el déficit presupuestario en cuatro años, ni los otros recortes del presupuesto que expuso el martes por la noche. Para lograrlo, inevitablemente tendrá que recaudar más impuestos. El martes por la noche, el Sr. Obama también se comprometió a hacer de la reforma inmediata de la atención sanitaria una prioridad máxima. Afirmó que "no se hace ilusiones" de que el proceso sea fácil, pero insistió en que "no se puede esperar, no se debe esperar y no voy a esperar otro año." El presidente tiene razón. Las filas cada vez mayores de americanos parados y sin seguro necesitan una cobertura de salud, y los negocios tambaleantes necesitan el abaratamiento de la carga de los altos costes del cuidado médico El momento de actuar con rapidez y audacia en la reforma de la atención sanitaria es ahora, mientras la necesidad es grande y la popularidad del Sr. Obama es aún elevada. Una decepción en el discurso del Sr. Obama es la falta de concreción y claridad sobre su plan para rescatar al sistema bancario de la nación. Dijo que no proporcionaría rescates urgentes "sin condiciones adecuadas". Pero fue menos concreto incluso que su administración en las últimas semanas. Las opciones son indiscutiblemente difíciles, y el Sr. Obama puede estar tratando de mantener sus opciones abiertas. Su equipo ha parecido dubitativo acerca de la cada vez más evidente necesidad de algún tipo de administración gubernamental de algunos de los mayores bancos. Si el Sr. Obama tiene un plan mejor, la nación necesita oírlo pronto. THE NEW YORK TIMES. 25-2-2009 EEUU. The Washington Post LAS PRIORIDADES DEL PRESIDENTE Frente a la crisis económica, la crisis bancaria, la crisis de la vivienda y la crisis de la industria automotriz, el Presidente Obama aprovechó la oportunidad de dirigirse ante una sesión conjunta del Congreso el martes por la noche para volver a la carga con sus planes. El Sr. Obama dijo que seguirá adelante con los planes de revisión del sistema nacional de atención a la salud, de reforzar la educación y de conducir la transición hacia nuevas formas de energía, curando estos males al mismo tiempo que consigue poner el déficit bajo control. Entendemos el instinto del presidente de no dejar que las necesidades a corto plazo oscurezcan la necesidad de resolver los desafíos del país a largo plazo. Sus prioridades para una serie de reformas fundamentales, las banderas que animaron su campaña, son admirables. Sin embargo, no podemos dejar de preguntarnos: ¿No es la tarea más importante garantizar una respuesta rápida y eficaz a los desórdenes causados por la recesión? ¿Tiene el personal de la nueva administración la capacidad para tratar tantas cosas y tan rápidamente? ¿Y el sistema político tiene el ancho de banda para dar cabida a todo lo que el Sr. Obama pide de él? “El plan de recuperación y el plan de estabilidad financiera son las medidas inmediatas que estamos tomando para reactivar nuestra economía en el corto plazo”, dijo el Sr. Obama. "Pero la única forma de restablecer plenamente el poder económico de América son inversiones que en el largo plazo den lugar a nuevos empleos, nuevas industrias y a una renovada capacidad de competir con el resto del mundo. La única forma en que este siglo será un siglo americano es si nos enfrentamos a acabar con el precio de nuestra dependencia del petróleo y al alto costo de la atención médica, a las escuelas que no preparan a nuestros hijos y a la montaña de la deuda que estamos dejando de herencia”. El Sr. Obama dijo que el presupuesto que presentará mañana reflejará "la cruda realidad de lo que hemos heredado; un billón de dólares de déficit, una crisis financiera y una costosa recesión", y que “prioridades dignas” tendrán que ser sacrificadas. Pero su mensaje ha estado dirigido más a lo que se debería hacer que a lo tendría que ser dejado fuera (…) En esta emergencia económica, el objetivo más importante para el Sr. Obama está en una frase dicha al comienzo de su discurso: "Vamos a reconstruirnos, vamos a recuperarnos, y los Estados Unidos de América surgirán más fuerte que antes". Como reconoció ayer por la noche, para permitir la recuperación puede que la administración necesite volver al Congreso para pedir más dinero para los bancos en crisis. Dado el estado de ánimo de la opinión pública y los legisladores que se sienten enojados por la manipulación de los primeros 350 mil millones de dólares de inyección, será bastante difícil nuevas inyecciones. Como también señaló el Sr. Obama, la opinión pública americana es comprensiblemente escéptica acerca de si el dinero que Washington se ha comprometido a gastar será en vano. Incluso el capital político de popularidad del Sr. Obama no es ilimitado. Esperamos que él haga que [esa opinión] no se extienda tan ampliamente como para dejarlo sin medios con que extinguir los incendios que ahora nos asolan. THE WASHINGTON POST. 25-2-2009

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