La multinacional alemana Thyssen Krupp cierra la fábrica de Galmed en Sagunto

Nuevo golpe al tejido industrial

Galmed es una empresa de galvanizado del grupo alemán ThyssenKrupp, con 165 trabajadores, con beneficios y una amplia cartera de clientes. El cierre supondrí­a la destrucción de 1.000 puestos de trabajo; los 165 de la plantilla y más de 800 en las empresas de proveedores.

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El  8 de febrero, la dirección de  Galmed anunció al Comité de Empresa de la factoría de Puerto Sagunto la decisión del grupo de desinvertir en Europa y el más que probable cierre de la planta en 2015 si no “encontraban compradores”. El jueves 7 de junio ThyssenKrupp anunciaba el cierre definitivo, sin ni siquiera escuchar ofertas de compra, a pesar de que se han presentado varias ofertas de inversores interesados en mantener la producción. Además el cierre afecta directamente a la siderúrgica ArcelorMittal de Sagunto, Galmed ha cancelado el contrato de suministro de 150.000 toneladas anuales de bobinas de acero, comprometiendo el 20% de la producción de Arcelor. Todo un drama en una comarca especialmente castigada por el desempleo, con más de 9.500 parados.

El comité de empresa acusa a Thyssen Krupp de estar durante meses “dándoles largas”, y querer cerrar para abastecer a sus clientes directamente desde Alemania.

Galmed es una empresa  completamente rentable, con un volumen de venta en 2012 de 42,5 millones de euros, con beneficios y entre sus clientes incluye a las principales empresas de la siderurgia (como AcelorMittal) y las principales empresas automovilísticas, incluida la Ford.

Desde el primer momento los trabajadores se han movilizado contra el cierre, en Sagunto (más de 8.000 personas en la manifestación del pasado 24 de mayo), Valencia y Madrid. Manifestaciones, acampadas y encierros que se han ganado el apoyo y la simpatía de la comarca, desde todas las organizaciones sindicales y políticas, con apoyo del ayuntamiento en pleno, e incluso la autoridad portuaria de Valencia, responsable del Puerto de Sagunto. Y a pesar de todo la situación parece haber llegafo a un punto sin retorno. «Hay que expropiar y nacionalizar las multinacionales que cierran para llevarse la producción a otros países y no permitir el cierre de empresas rentables»

¿Pero por que pasa esto?

Hay un primer problema de fondo: La política de plegamiento de los gobiernos autonómicos y centrales a las principales multinacionales extranjeras garantizando que puedan explotar a gusto e irse cuando quieran sin rendir cuentas o que sus beneficios alcancen a la población.

Desde los años 80 con la reconversión industrial y la entrada a la Unión Europea gran parte del tejido industrial español fue a precio de saldo a grandes multinacionales, fundamentalmente Alemanas, Francesas o Americanas. Por mantener su producción no solo gozan de subvenciones y exenciones fiscales mucho más altas que una PYME sino que la legislación les garantiza que pueden explotar la mano de obra e irse cuando les interesa.

A nuestra clase política gobernante, tanto del gobierno central como de los gobiernos autonómicos, le falta la independencia y la voluntad política para hacer frente a las multinacionales y defender consecuentemente los intereses del pueblo y nuestro país. No se puede permitir que empresas rentables, levantadas con millones de horas de trabajo y vida de los trabajadores españoles, se cierren para llevarse la producción a otra parte. ¡Se puede!, otros países lo han hecho.

Si hay  independencia y voluntad política puede crearse un plan urgente de reindustrialización y obligar a que cualquier multinacional respete unas medidas laborales y fiscales dignas y deba responder si decide cerrar y irse sin justificación. ¿Por qué no expropiar y nacionalizar aquellas empresas que se van y ponerlas en manos de cooperativas de los trabajadores, o de empresas nacionales?

Hay dos caminos, servir al FMI y Bruselas y sus multinacionales o trazar nuestro camino independiente. Solo uno de ellos crea riqueza y empleo.

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