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Tras la expropiación de YPF a Repsol en Argentina, Bolivia anuncia la nacionalización de Transportadora de Electricidad (TDE), filial de Red Eléctrica de España. «Evo Morales también expolia», titulaba la noticia El País. ¿Estamos ante un «nuevo ataque a España», como nos repiten periódicos, radios y televisiones? ¿O lo que prosigue es la rebelión de los países hispanos ante el expolio a sus riquezas practicado durante años por la oligarquía española?
Los bancos y monopolios españoles hacen en Bolivia o Argentina lo mismo que en España: un atraco a mano armada a la población.
La oligarquía española aprovechó en los años noventa la oleada de saqueo impuesta desde Washington y el FMI para quedarse a precio de saldo con las principales fuentes de riqueza de muchos países hispanos. Ahora, cuando estos países han conseguido ganar autonomía respecto a Washington, quieren recuperar lo que legítimamente es suyo.
Bolivia no es una excepción. Al calor de las privatizaciones impuestas por el FMI, la oligarquía española se convirtió en el segundo inversor internacional en el país, solo por detrás de EEUU. Sectores claves como el energético, financiero o las pensiones cayeron en manos de bancos y monopolios españoles. Que se dedicaron a expoliar las riquezas nacionales.
El caso de REE es paradigmático. Su filial boliviana, que controla el 74% de las líneas de transmisión de electricidad del país, ha perdido en los últimos diez años… ¡el 94% de su valor!
¿Cómo se explica esto? Muy fácil, REE se ha dedicado a vaciar sus arcas. Las inversiones se han desplomado desde los 17,6 millones de dólares de 2006 a los 2,8 millones de dólares de 2010. Mientras los dividendos repatriados fuera del país se multiplicaban. REE obligaba a su filial a “pagarle” servicios inexistentes o a aceptar préstamos usureros.
Una estrategia de vaciamiento, de auténtico expolio, ante la que Bolivia ha dicho, con toda la razón, basta.