Los emergentes en África

Nuevas oportunidades para África

La influencia de los paí­ses emergentes y sobre todo China en el sur del Sahara no es solo comercial. También crecen los proyectos de cooperación, los intercambios culturales, la presencia militar y la influencia polí­tica. Sobre todo está última -recientemente ejemplarizada con la negativa de Sudáfrica de permitir la entrada del Dalai Lama en su territorio- empieza a crear tensiones entre China y los paí­ses occidentales, con EEUU a la cabeza. Solo a la luz de esta competencia pueden entenderse conflictos «locales» como el sudanés, el zimbabwense o la prolongada y sangrienta guerra del este del Congo, que ha costado más de cinco millones de ví­ctimas mortales. China ofrece una alternativa polí­tica, económica y en seguridad para muchos paí­ses africanos, sobretodo para regí­menes condenados al ostracismo como el de Sudán o Zimbabwe». Así­, a diferencia de EEUU y la Unión Europea que condenan embargan ciertos paí­ses «no democráticos», China simplemente establece un tipo de relaciones en las que no excluye a nadie.

China con 2 billones de dólares de reserva, y una olí­tica conscientemente diseñada de beneficio mutuo para ambas partes, en el que China obtiene las materias primas necesarias para su alto desarrollo industrial y África recibe a cambio préstamos chinos para el desarrollo de sus infraestructuras a un interés mucho menor que el que ofrecen las potencias occidentales, las perspectivas financieras -y su traslación al terreno de las relaciones polí­ticas y diplomáticas son que esta cooperación aumente sensiblemente en los próximos años. Sus efectos prácticos empiezan a ser perciptibles en paí­ses como Angola -uno de los primeros en intensificar su cooperación con Pekí­n-, que en la actualidad presenta uno de los í­ndices de mayor crecimiento de toda África. Pero su radio de influencia es mucho más amplio y abarca ya a prácticamente todos los enclaves geopolí­ticamente estratégicos del continente negroPero además del petróleo y de las minas, estamos presenciando en África inversiones chinas en sectores como el hotelero, la agroindustria y los proyectos de infraestructura. En este último caso, China diseñó una lí­nea de crédito para Angola superior a los 2.000 millones de dólares a cambio de crudo. Incluso se están dando algunos negocios conjuntos entre las petroleras chinas e indias para invertir en África, como por ejemplo en Sudán. Estos nuevos actores están, en todo caso, desplazando a las petroleras occidentalesOtro emergente asiático se perfile igualmente como un interlocutor de peso para África. India tiene efectivamente todas las caracterí­sticas para ello. Como China, su despegue económico es voraz en materias primas. Al igual que China, su población es muy elevada y, con ello, sus necesidades agrí­colas. Sus empresas también están emprendiendo el camino de la, búsqueda de mercados y oportunidades de inversión en todos los rincones del planeta.África, un continente donde las diásporas indias fueron a parar en cantidades relativamente amplias en algunos paí­ses como Sudáfrica o Kenia. Vedanta Resources, un grupo indio del sector minero, entró en Zambia para comprar la mayor productora de cobre del paí­s. El mayor conglomerado indio, el grupo Tata invirtió gran parte de sus 2.000 millones de inversiones internacionales en el continente africano, principalmente en Suráfrica, Mozambique, Kenia, Zambia y Sierra Leona, en sectores que van desde la producción de calzado hasta las telecomunicaciones, pasando por la industria farmacéutica y el sector minero. India se está convirtiendo poco a poco en una fuente decisiva de tecnologí­a de bajo coste para África.La mayor presencia de los emergentes asiáticos en el mundo abre una ventana de oportunidad sin precedentes: el dominio imperial europeo y estadounidense se acabó en los patios traseros del mundo. Esta creciente vinculación entre Asia y África, es también simbólica del gran vuelco que está dando el mundo. El centro y la periferia se están rediseñando a gran velocidad.

Deja una respuesta