Así­ gestiona Montilla los problemas de los barrios populares

Nueva catástrofe en el transporte público en Barcelona

Parecí­a un dí­a de gala para el transporte público catalán. Se inauguraba el servicio en la nueva C-2 de cercaní­as (dividida en dos sectores para que las obras del AVE no crearan problemas). Pero se transformó en un caos: un tren incendiado, toda la lí­nea C-2 sin servicio, la lí­nea 3 del metro cortada durante tres horas… y un motí­n de los usuarios del tren Girona-Barcelona, hartos de los abusos. Volvió a repetirse la catástrofe en el transporte público que saltó a los medios de comunicación hace unos meses, y que demuestra el desprecio del gobierno de Montilla hacia los problemas de los ciudadanos catalanes.

La línea tres del metro entre las estaciones barcelonesas de Vall d´Hebron y Diagonal ermaneció cortada durante más de seis horas, afectando gravemente a decenas de miles de ciudadanos. El incendio de un tren afectó a 85 trenes de cercanías, 19 fueron suprimidos y 66 circularon con un retraso de más de una hora. Los problemas en el transporte público catalán siempre se producen -¡que casualidad!- en aquellas líneas como cercanías o metro que utilizan el pueblo trabajador en sus desplazamientos. Una red de transporte absolutamente desatendida por parte del gobierno de Montilla, sometiendo a los trabajadores que dependen de ella para ir a sus trabajos a una permanente presión. Mientras, la Generalitat gasta en informes inútiles o inexistentes –cuyo importe se embolsan familiares de cargos del PSC, ERC…- o en surrealistas embajadas catalanas, el dinero público que debería dedicarse a mejorar servicios básicos como el transporte. El transporte público catalán es el peor de España, y sin embargo es también el más caro. Cuesta un 130% que en Madrid. Y todavía subirá más. Las tarifas del transporte público en Barcelona aumentarán un 4,7% en 2009. El billete de diez viajes T-10 subirá un 6,9%. El resto de títulos experimentarán subidas nunca inferiores del 3,3%. Ello significa que el transporte público se encarecerá, de media, el doble de lo previsto para el IPC. Ante tantos abusos, algunos usuarios han decidido organizarse y plantar batalla. En la línea Girona-Barcelona, un grupo de viajeros se amotinó, negándose a pagar el billete. Era una protesta organizada por una plataforma de afectados, que deben usar todos los días la línea y protestaban por los interminables retrasos y el incremento hasta en un 7% del precio. Montilla siembra vientos y recoge tempestades.

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