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Noticias de (otra) Catalunya

I.

“CiU impulsa la rebaja del 80% del impuesto del juego para BCN World”. Así titulaba Maiol Roger su crónica del pasado jueves 24 de octubre [1], el día de huelga y de la gran manifestación ciudadana en contra de la LOMCE, la LEC y los recortes y en defensa de la enseñanza pública.

Antes de entrar en materia, un recuerdo y un homenaje: una diputada de CiU, María Rubies era su nombre si mi memoria no me falla, criticó abiertamente la política, la apuesta por el juego de la Generalitat, y no votó con su grupo en varias ocasiones. Llegó a dimitir o no se presentó de nuevo a las elecciones. Fue a mediados de los ochenta, durante el segundo gobierno Pujol, cuando se impulsó el juego desde las instituciones públicas. Nada que ver con la situación actual, mucho más grave. Definitivamente eran otros tiempos.

Estos son tiempos muy distintos. El Parlament 2013 aprobó el jueves 24 que BCN World ¡tenga ventajas para implantar el complejo de ocio y casinos entre Vilaseca y Salou. El Gobierno de la Generalitat ha logrado “la admisión de la modificación de la ley sobre centros recreativos turísticos y de establecimiento de normas en materia de tributación, comercio y juego, unos cambios previstos ad hoc para BCN World”. Las modificaciones prevén una rebaja de más del 80% (del 55% al 10%) en el impuesto del juego y permiten el cambio de usos en el suelo donde se ubicará el complejo. No sólo eso: dan permiso para que los jugadores puedan apostar a crédito. ¡A crédito, todo muy posmoderno! ¡Un verdadero avance social de Convergència Democrática de Catalunya! Y de Unió por supuesto. Está acaso en su ADN, en sus genes neoliberales desbridados, en su proyecto de país.

¿Y cómo consiguió tamaña contrarreforma social un gobierno que no tiene mayoría, que sólo tiene 50 diputados en su haber? Pues gracias a la inestimable ayuda (léase abstención) de ERC, PSC, y PP. “Republicanos”, “socialistas” y “populares” mostraron que están a favor de BCN World, por eso permiten el avance del despropósito. Eso sik dicen recelar del resto de medidas: “especialmente de la bajada de impuestos”. ¡Vaya por Dios!

El conseller de Economía, don Andreu Mas-Colell, defendió la posición del Ejecutivo. El argumento esgrimido no tiene desperdicio: Cataluña se pone así al nivel de sus competidores. “Es la misma que tiene Madrid, y, según describió Mas-Colell, está en la línea de ciudades con centros de juego como Atlantic City (entre el 8% y el 10,75%) y Singapur (entre el 5% y el 15%)”. La modificación es necesaria para ser competitivos y hacer viables las inversiones. ¿Les suena el “argumento”?

Mas-Colell no se cortó ni un pelo y aseguró –palabra de catedrático de Harvard- que la rebaja del 81% provocará mayor recaudación en las arcas catalanas. Añadió de pasada que “BCN World es necesario para impulsar el modelo turístico catalán”. ¿El de Port Aventura, el frustrado de Eurovegas? ¿Ese es el modelo turístico catalán? ¡La que nos viene encima! ¿Qué país tienen en mente?

Lo de Esquerra merece un capítulo especial. El líder del partido, don Oriol Junqueras, y “líder de la oposición” (¡ja, ja, ja! ¿Conocen un caso así en otro país?) afirmó que él, de hecho, estaba en contra del juego y subrayó con énfasis los aspectos que su partido y él rechazaban de la modificación legislativa: “la rebaja de impuestos, la afectación del complejo en el territorio de la Costa Daurada, la calidad de los puestos laborales de los casinos, la poca prevención para los casos de ludopatía derivados del juego y la protección de menores”.

Es decir, prácticamente todos los aspectos. Luego, por tanto… Me abstengo. ¡Que se aclaren las dudas y mientras tanto que todo siga adelante! ¡Para morirse de consistencia y solidez políticas!

PSC y PP, unidos también en esto, avalaron el proyecto de modificación de ley con su abstención. Amenazaron incluso: “Nos abstendremos, pero no haremos ningún esfuerzo más”. ¡Qué miedo, qué duros que son! Xavier Sabaté advirtió al Gobierno (¡todos estaban temblando!) que, en caso de cambiar las mayorías en el Parlament, “los socialistas lucharían por volver a subir los impuestos”. ¡Lucharían para subir los impuestos! ¡Ahí queda eso!

ICV-EUiA y la CUP (también Ciutadans) mostraron su oposición al BCN World: “repudiaron el modelo de negocio que suponen los casinos; denunciaron la relación del juego con la mafia a través del blanqueo de capitales; y lamentaron las ventajas que, según aseguraron, da el Gobierno catalán a los promotores”. ICV-EUiA (¡almas benditas en este punto!) llegó a asegurar que el ejecutivo de CiU se había dejado engañar. ¿Engañar? ¿Por quien?

La CUP, a través de David Fernández, apuntó lo esencial del disparate: el proyecto representa lo peor del capitalismo ludópata y del modelo desarrollista. “Es la metáfora de un país que parece que esté en venda al mejor inversor extranjero”.

II.

Ivanna Vallespín, por su parte, ha informado sobre un asunto no menos importante y significativo. En una excelente nota [2], señaló que los votos de CiU y PP se unieron en el Parlament de nuevo. ¿Por qué? Para evitar “el fin de los conciertos educativos en las escuelas de élite que separan chicos y chicas”. No el fin de los conciertos; no, nada de eso. El fin de los conciertos con escuelas segregadoras.

De hecho, ICV-EUiA presentó una propuesta de ley para modificar la Ley de Educación de Cataluña, la LEC, una ley que en su momento, durante el gobierno tripartito, apoyaron casi en su totalidad, con el entusiasmo del PSC (Ernest Maragall) y CiU (Irene Rigau). Pretendían que sólo se puedan concertar (dinero público para negocios privados, en su gran parte religiosos) “aquellas escuelas privadas que aseguren la escolarización mixta”. ¡Pero de eso nada monadas!

PSC, Ciutadans y la CUP apoyaron la propuesta de ICV-EUiA. ERC se abstuvo. ¡Y son, dicen ser, “republicanos” de “izquierda”!

El concierto suma 29 millones anuales, el dinero entregado a las 16 escuelas segregadoras que hay en Cataluña. Roger Muntañola, de CiU, se escudó en que su gobierno no hacía otra cosa que cumplir la LEC. ¡Y tiene razón (aunque no es sólo eso)!

Aún más, Muntañola recordó, más que oportunamente y para vergüenza de muchos, que fue el gobierno tripartito, no el convergente, “el que renovó por última vez este tipo de conciertos en 2010”. Muntañola añadió un argumento que no tiene precio (Luis Vega lo tomará con modelo para su nuevo libro sobre falacias): “De todos modos habrá que escolarizar estos niños, y seguramente en una concertada (sic), así que la administración deberá pagar igualmente (sic)”. ¡Toma el saco don Pancracio!

El PP no se ubicó muy distante: defendió el derecho de las familias a decidir el tipo de educación que quieren dar a sus hijos. Si hay que segregar, pues se segrega.

El PSC, por su parte, se mostró dispuesto a revisar ahora estos conciertos porque “el contexto ha cambiado mucho”. ¿Qué contexto ha cambiado mucho? ¿Antes sí pero ahora no? ¿Y eso por qué?

Finalmente, la diputada de ERC, Anna Simó, reconoció que “fue un error renovar los conciertos” con las escuelas de élite en 2010 y apostó por revisar de forma más amplia la financiación de las escuelas concertadas. “Hay algunos centros que no necesitan financiación pública, y menos en un contexto de dificultades económicas”. ¿Y entonces, qué pasa entonces?

Así, pues, los de ERC dicen ahora que quieren revisar los conciertos con todas las escuelas de élite, y sin excepción, “incluyendo las que no segregan”. ¿Y cuándo se van a poner en ello? ¿Siguen defendiendo en general la política de la consellera Irene Rigau, nada diferente en este punto de la defendida por su predecesor, Ernest Maragall, el peor y más neoliberal conseller de estos últimos 30 años? ¿Por qué no reprueban su gestión?

III.

Va de Mossos ahora, una policía que cada día recuerda más a antiguos cuerpos represivos en tiempo de oscuridad permanente.

La Generalitat no tiene intención de apartar del cuerpo a los ocho agentes de los Mossos d’Esquadra que participaron en la agresión a un empresario del Gayxample que falleció tras ser detenido. Ramon Espadaler, el conseller de Interior, ha anunciado la apertura de “una información reservada”, es decir, interna, para esclarecer la actuación de los agentes después de la difusión de “dos vídeos que recogen los golpes que los agentes propinaron al fallecido!” [3]. Cuando concluya esa investigación, la Generalitat decidirá si adopta medidas disciplinarias al margen del resultado del proceso judicial.

Incluso el president Mas intervino. Reclamó que no se prejuzgaran los hechos hasta esclarecer qué ocurrió. ¡Nada de prejuicios! Vale. ¿Cuándo la aclaración? ¿Cómo en el caso de Esther Quintana? ¿Esa es la aclaración de la que habla don Mas?

Las dos cintas -grabadas por vecinos del Raval-, muestran a las claras, se han podido ver por televisión, “cómo los Mossos d’Esquadra golpean repetidamente a Juan Andrés Benítez, el empresario que falleció tras ser reducido en la madrugada del del 6 de octubre”. Las imágenes avalan, por otra parte, lo que dos testigos y un imputado explicaron a la juez que lleva el caso: “que al menos cuatro agentes propinaron puñetazos, rodillazos y patadas a Benítez cuando este se encontraba en el suelo gritando, con los policial encima de él.”

El juzgado de instrucción 20 de Barcelona ha dado los primeros pasos en la buena dirección y ha reclamado a Interior que aclare a qué unidas pertenecen los ocho agentes que “intervinieron directamente en la reducción de la persona posteriormente fallecida”. Ha encargado la investigación al Cuerpo Nacional de Policía. Los policías, de hecho, ya están identificados.

Veamos cómo evoluciona la situación pero no pinta bien.

El PSC reclamó la dimisión del director de los Mossos, Manel Prat. No consiguió su propósito. En el pleno de la tarde del jueves 24, CiU y ERC, el partido de la “oposición”, el partido de izquierdas y republicano, votaron conjuntamente una vez más. Unidos de la mano hacia la… represión final.

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