La gran banca: ladrones subvencionados con el dinero público

Nosotros pagamos, ellos se enriquecen

La gran banca española ganará 6.000 millones de euros con las ayudas públicas. O lo que es lo mismo, un tercio de los 20.000 millones que ganará la banca este año vendrá directamente de la utilización del dinero público, que gracias al gobierno se ha puesto a disposición de la banca.

Los fondos, que se entregaron ara “evitar el colapso financiero” y “seguir concediendo créditos” (según nos dijeron cuando se los dieron), se han desviado para hacer negocios con la compra de deuda pública.La banca, sin arriesgar nada, sin crear ni un empleo, especulando con el dinero público sustraído de los fondos que nuestro país necesita urgentemente para salir de la crisis, obtendrá en 2009 beneficios por valor de 1 billón de las antiguas pesetas a (6.000 millones de euros). La fórmula es sencilla: coger el dinero público entregado por el gobierno y el Banco Central Europeo a precio reducido (intereses del 1%) y comprar deuda pública a largo plazo con un rendimiento de más del 2%. Un rendimiento que pagaremos todos nosotros a lo largo de los próximos diez o quince años.La sangría para el país y para nuestros bolsillos es doble. Primero se les entregan los recursos y se endeuda al país, que ya no están disponibles, por ejemplo, para ayudar a la economía nacional productiva, la inversión en I+D+i, o los créditos a las familias y pequeñas y medianas empresas –responsables del 80% del empleo nacional- para sortear la crisis. Y luego, se les pagan los intereses que la deuda comprada por ellos genera.Nosotros pagamos doble y ellos se enriquecen. Es la fórmula mágica inventada por la banca para salir –ELLOS- de la crisis mientras la inmensa mayoría del país se hunde en el paro (5 millones), la imposibilidad del 60% de las familias de llegar a fin de mes, y la quiebra de cientos de miles de autónomos y pequeñas y medianas empresas por falta de crédito.España, nuestro país, está condenado a ser el furgón de cola de la crisis porque tiene una oligarquía parasitaria que vampiriza los recursos del país; una clase política –gobierno y oposición- que se los entrega; y unas castas políticas regionales y locales que completan el efecto depredador sobre los recursos públicos con un despilfarro y corrupción devastadores.El problema no está en que España no tenga recursos para salir de la crisis, sino en quien se apropia de ellos y para qué los utiliza.

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