Nosotros cargamos con la deuda de los bancos

La banca española está a punto de cubrir los cuantiosos vencimientos de deuda que tení­a comprometidos para este año, resultado de los ingentes capitales cooptados desde el extranjero para financiar la expansión del ladrillo. En un momento de crisis, y de aguda restricción del mercado de capitales internacional, la banca española ha podido colocar decenas de miles de millones en emisiones de deuda, captando así­ capital para saldar los pagos que debí­a abonar al capital extranjero. ¿Dónde está el milagro? Los 250.000 millones de dinero público puestos por el gobierno a disposición de la banca como aval de sus emisiones, ha obrado el milagro. La banca soluciona uno de sus problemas más acuciantes. Y a cambio, nosotros cargamos con sus deudas. Para financiar el plan de rescate bancario, el gobierno está incrementando la deuda pública al ritmo récord de 7.100 euros por segundo. Una deuda que acabaremos pagando todos, y de la que sólo se benefician los grandes bancos.

El gigantesco boom del ladrillo en Esaña se ha financiado, principalmente, a través de créditos concedidos por el capital extranjero, y canalizados a través de la compra de títulos de deuda de bancos y cajas.Con esos préstamos, los bancos españoles han engrasado durante los últimos años la burbuja inmobiliaria, de la que han extraído jugosos beneficios. Pero, al mismo tiempo, han contraído obligaciones de pago con el capital extranjero, que anualmente deben saldar.Este es uno de los principales problemas de la banca española. Si no consigue captar nuevos capitales, lo que en un contexto de crisis y restricción del crédito internacional se convierte en un imposible, deberá destinar una parte de sus beneficios a saldar los vencimientos de deuda, lo que supondría un considerable bocado a su cuenta de resultados.Pero, de repente, se ha obrado el milagro. En lo que va de año, las 11 mayores entidades financieras han emitido deuda a medio y largo por 31.282 millones de euros. Con este colchón, y a falta de siete meses para que concluya el ejercicio, el sector afrontará con comodidad los vencimientos previstos para el año, de 38.641 millones de euros. ¿Motivo? Los 250.000 millones del plan de rescate bancario han actuado como el aval imprescindible para que bancos y cajas puedan colocar sus títulos de deuda en el mercado internacional a un precio razonable.Caja Madrid ha lanzado papel por 6.352 millones de euros, de los que 4.858 millones corresponden a emisiones avaladas por el Estado. La Caixa ha captado 5.750 millones de euros. La mitad de ellos con aval del Estado.Incluso quienes, como el Santander o el BBVA, no han recurrido a las emisiones respaldadas con dinero público, se han beneficiado del “aval colectivo” que el Estado ha ofrecido a la banca española, pudiendo colocar sus títulos de deuda a un interés muy inferior al que rige hoy en día en el mercado.En definitiva, el capital extranjero sabe que si los bancos españoles no pagan, el Estado, es decir todos nosotros a través de nuestros impuestos, respondemos de su deuda.Para poder ejecutar este gigantesco aval colectivo a la banca, el gobierno está incrementando escandalosamente la deuda pública.Hasta la fecha, el gobierno está lanzando deuda a un ritmo de 7.100 euros por segundo, con lo que prácticamente duplica los 3.577 euros por segundo registrados en 2008, un ejercicio en el que a su vez batió las marcas precedentes. Las emisiones brutas de deuda pública del Tesoro se sitúan aproximadamente en 87.100 millones de euros en 2009. De seguir este ritmo, este año se habrán sacado 223.905 millones de deuda pública al mercado, un 14,3% por encima de lo previsto y una cantidad equivalente al 22% del Producto Interior Bruto (PIB) español.Para poder colocar esta enorme cantidad de deuda pública, el Estado se está viendo obligado a ofrecer un mayor interés a los compradores, principalmente el capital extranjero.Y toda esta deuda, emitida para financiar el plan de rescate bancario y aliviar los pagos de la banca, habrá que saldarla. Cargando sobre cada contribuyente español una gigantesca factura –que ya ascienda a más de 20.000 euros por cabeza-.Un gigantesco trasvase, donde gracias al aval concedido por el gobierno, nosotros acabamos cargando con las deudas de la banca.