El apoyo al camino político emprendido por Grecia es mayoritario en los movimientos y organizaciones sociales en España. La incertidumbre que se pretende crear bajo amenazas de expulsión del euro no engañan ya a nadie. El pueblo griego es un ejemplo, y Syriza una alternativa.
¿Cómo valoras los resultados de Syriza en Grecia?Por una parte es un claro castigo al bipartidismo y un reparto mayor del voto que, en principio puede ser muy bueno. Es lo que promovemos desde el Movimiento. Es una manera de entrar al cambio del sistema electoral.También ha habido una radicalización de las posturas que no es demasiado bueno.
Pero las posiciones que más se han extendido y que más votos han recibido, son las que se oponen a las imposiciones del FMI y Bruselas. Y son muy cercanas a lo que plantea el 15-M
Sí. Realmente cada vez se difuminan más las ideologías, y nos enfrentamos a cosas que se escapan a esa dicotomía de izquierdas y derechas. Hemos sufrido las consecuencias la UE, que hizo muchas carreteras y trenes, pero que ha resultado un perjuicio. Es una organización no democrática, construida desde arriba, sin contar con el consenso popular, y esto acaba por beneficiar a intereses particulares que se acaban convirtiendo en una plutocracia.
De hecho lo que se ha quebrado es el modelo bipartidista. Hay una escisión de la derecha que se opone también a los planes del FMI. ¿Crees que en España avanzamos por ese camino y es posible acabar con el bipartidismo?Yo no voy a hacer de oráculo, pero lo que parece es que vamos a seguir el camino de Grecia en muchos sentidos.
En España está gobernando un partido con menos del 30% de los votos. Y mucha gente votó a la desesperada por no tener otra opción mejor. Votó lo menos malo. Y otra mucha gente se arrepiente de ese voto. El PP, como lo hizo el PSOE, ha incumplido su programa. Si te ves obligado, como dices, “a incumplir el programa”, dimite. O por lo menos que se lo dejen a la gente en sus manos. Eso es una democracia.
¿Por qué crees que esto ha cuajado en Grecia?Hay un proceso de concienciación y de consciencia cada vez mayor de cuál es la situación. Ya no es la izquierda y la derecha, sino un sistema dictatorial manejado por un 1% de la población. Nos hemos dado cuenta que esto no es izquierda frente a derecha, sino los de abajo contra los de arriba. Hay que añadir un flujo constante de información y un trabajo cada vez más eficiente por las redes, que permite acceder a toda esa información. Primero es informarse, después indignarse, y por último comprometerse con el cambio.Están siguiendo esos pasos en todo el mundo…
¿Crees que debemos seguir el mismo camino político en España?, porque Syriza es una colación que abarca desde organizaciones maoístas, trotskistas, ecologistas… y hasta miembros expulsados del partido socialista griego, por oponerse a los recortes.Esa mezcla tan exótica demuestra que se están rompiendo muchas de las etiquetas tradicionales. Las redes permiten una manera de organizarse mucho más dinámica, se pueden hacer alianzas temporales… tenemos la oportunidad de investigar nuevas formas. La que propone el 15-M es Democracia 4.0 que es un sistema combinado la democracia directa con la representativa, de forma muy flexible.
Porque de lo que se trata es de ir entregando la soberanía a quien le pertenece, al pueblo.
La redistribución de salarios y rentas a través de los impuestos, la devolución del rescate bancario y la banca pública, la reforma de la ley electoral, la auditoría de la deuda… aparecen cada vez más como elementos nodulares y comunes. ¿Crees que existen condiciones para que pueda formarse un movimiento unitario en torno a estos puntos básicos?, y ¿cuáles son las dificultades?Condiciones hay, lo que no tengo claro es que sea necesario. Se puede trabajar a través de redes, de nódulos autónomos, pero que puedan unirse momentáneamente. Se estátrabajando ahora en una mesa unitaria con los sindicatospara estudiar la posibilidad de una huelga europea.
El futuro es funcionar en red, más que por estructuras cerradas.
Me refería más al fondo que a la forma. Una cosa es construir un movimiento unitario, y otra la forma que éste adopte. Y la forma tiene relevancia en tanto en cuanto permita tener más fuerza política…Sí, claro. De unas ciudades a otras, incluso de unos países a otros, los contenidos se parecen muchísimo porque esto es un problema global. En todos los países europeos, excepto en Islandia, en vez juzgar a los delincuentes que han provocado la crisis se les premia con dinero público.
Primero, ni un euro a la banca, y después que se les juzgue. Ahí está otra propuesta del 15-M del Tribunal Ciudadano de Justicia. Se están estudiando más de 20 mil casos, y siguen llegando, de estafas bancarias. Ya veremos qué sale de ahí.