Nos afecta a todas (y a todos)

Los trabajadores de Ford Almussafes paran el 8 de marzo dos horas, de una a tres de la tarde, para concentrarse en la puerta principal de la factoría. Lo hacen tanto hombres como mujeres, en un claro gesto de apoyo a la movilización feminista.

El caso de Ford es solo uno de muchos. De hecho, los sindicatos mayoritarios (CC.OO. y UGT) han llamado a participar en el paro tanto a hombres como mujeres, aunque dando claro protagonismo a ellas.

Uno de los debates en torno a lo que se ha centrado la discusión de la huelga es acerca de en qué grado debían participar los hombres que quisieran dar su apoyo a la misma, o si debían participar siquiera.

Una parte del colectivo feminista ha sido reacia a que se sumasen los hombres, pero no sin razones. El objetivo de la huelga es demostrar qué pasa cuando las mujeres se paran. Y defienden que si los hombres también paran, el peso de la reivindicación de la mujer disminuye.

Pero eso no significa que se les quiera dejar al margen. Desde organizaciones como la Coordinadora del 8 de marzo se ha hecho un llamamiento a los hombres a realizar trabajos de cuidados que normalmente hacen las mujeres o a apoyarlas pagando con su dinero la parte de salario que pierdan sus compañeras de trabajo haciendo huelga.

Se ha dado plena libertad a los hombres para que participasen en la huelga de la forma que considerasen. Lo importante es tener en cuenta que la lucha de los derechos de la mujer también los afecta a ellos. La rebaja de salarios, la precariedad laboral o la rebaja de las pensiones es una lucha en la que todas y todos estamos implicados, aunque nos golpee más a las mujeres. Porque la fuente y origen de estos problemas sigue siendo el mismo: la explotación capitalista.

Por eso mismo, debemos trabajar todas y todos juntos para hacer frente a la explotación. Porque solamente unidos seremos capaces de derribar las más altas murallas del patriarcado y el capital.

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