Aniversario del 15-M

«No somos mercancí­a en manos de polí­ticos y banqueros»

Con el 15-M, el sistema bipartidista que hasta entonces había servido a los bancos y grandes capitales para perpetrar un saqueo sin límite contra el 90% de la población, comenzó a resquebrajarse.Los actos para conmemorar este 7º aniversario comenzarán a las 19 horas en Sol, con la realización de varias ‘performances’, como la que llama a los asistentes a formar el símbolo ’15-M’ en tamaño gigante

Los que estuvimos, lo recordamos perfectamente. Con este lema, la plataforma Democracia Real Ya (DRY), convocaba una gigantesca manifestación en todas las capitales de España para el 15 de mayo de 2011, un año después de que el gobierno de Zapatero -al dictado de Washington y Berlí­n- hubiera pisado el acelerador de los recortes. Las marchas fueron multitudinarias, pero era sólo el principio. Algunos valientes decidieron que no querí­an volver a casa, y unas 40 personas acamparon en la Puerta del Sol para continuar la protesta. Como si un nuevo bando del alcalde de Móstoles se tratara, en los dí­as siguientes cientos de acampadas llenaron las plazas de toda España. Gente reunida para debatir ¿que hacer?. Así­ nació el 15M.

“El origen de la situación económica actual es la codicia y avaricia de la industria financiera, pero también los políticos tienen la responsabilidad de haber hecho que la paguen los más indefensos. Entendemos el 15 de mayo como un punto de inflexión y empezar a luchar por lo que nos están quitando”, decía el manifiesto de DRY convocando la manifestación. Y vaya si fue un punto de inflexión.

Tras el estallido de la crisis, las políticas del bipartidismo revelaron despiadadamente sus fidelidades. Con Zapatero en la Moncloa -a las órdenes de la Botín, Merkel y Obama- se rescataba a la banca, se retrasaba la edad de jubilación y se imponía una nueva reforma laboral. Los salarios y el nivel de vida se veían salvajemente atacados, y el paro se dirigía a los cinco millones. La indignación bullía y la yesca estaba seca. Todas las condiciones para algo como el 15M estaban preparadas, sólo hacía falta la chispa de Sol en Mayo. «Las demandas del 15M tienen su continuación natural en las exigencias de regeneración y ampliación de la democracia, pero también en la de redistribución de la riqueza»

Con el 15-M, el sistema bipartidista que hasta entonces había servido a los bancos y grandes capitales -nacionales y extranjeros- para perpetrar un saqueo sin límite contra el 90% de la población, comenzó a resquebrajarse. Años después, la profunda influencia del 15M en el “viento popular, contra los recortes y por el cambio” que sopla huracanado hoy en España, ha reducido los apoyos del bipartidismo, del 80% de los votos… al 49%, impidiendo que tras el 20D se forme el gobierno favorito de las oligarquías financieras.

El “no nos representan” abrió la grieta, una profunda fisura que evidenció lo podrido y caduco que estaba el sistema político. Una grieta en el hormigón en la que pronto nacieron cosas verdes y vivas. Reducir la herencia del 15M a las formaciones políticas que en cierta medida- de él nacieron, y que hoy gobiernan en varios ayuntamientos de las principales capitales, es jibarizar y reducir su influencia de forma insoportable.

La línea asamblearia, horizontal, activista y popular del 15M está presente en tantas y tan variadas organizaciones sociales que es casi imposible catalogarlas a todas. Desde los antideshaucios a 15MpaRato, desde las Mareas a los Yayoflautas…. quien diga que el 15M murió, se apagó o se disolvió no sabe lo que dice.

Sus esencias cruzaron las fronteras. Movimientos como Occupy Wall Street en Nueva York o el actual Nuit Debóut en Francia están claramente inspirados en el 15M español.

Si bien el filo principal de las ideas y reivindicaciones predominantes en las plazas iba dirigido contra una clase política corrupta y entregada a la traición de las demandas populares, pronto las denuncias contra los recortes, el empobrecimiento y la degradación de las condiciones de vida del 90% (“me sobra mes a final de sueldo”, “violencia es cobrar 600 euros” ) se le pusieron a la par. Y frente a quienes sólo señalaban como culpables a los corruptos (“no hay pan para tanto chorizo”), pronto surgieron algunas voces acusando a la Merkel y a la “troika”, aunque aquella palabra era entonces aún demasiado exótica.

Por eso hoy, las demandas del 15M tienen su continuación natural en las exigencias de regeneración y ampliación de la democracia, pero también en la de redistribución de la riqueza.

Y esos anhelos populares sólo pueden venir de conquistar, al mismo tiempo, la soberanía nacional frente a la troika, y de forjar un amplio frente de unidad del 90% del pueblo. Esa es la línea que es consecuente con las mil flores que se abrieron en las plazas.

En aquel primer momento, en el que el propio movimiento estába aún atónito y sorprendido por su propio éxito, los debates versaban principalmente sobre la percepción de los problemas del país que tenían los ciudadanos.

Pero aquellas plazas volvieron a mostrar el poder del debate popular, la excitante energía que desprende una asamblea de gente reunida para ver ¿qué hacer? ¿cómo luchar? ¿cómo nos organizamos? ¿cómo llegar y sumar a más gente?. Para muchos jóvenes, que hasta entonces habían caído en el “paso de la política, es una mierda”, el 15M fue una transformación. De repente entendieron que la plaza, la asamblea.. era la política, otra forma radicalmente distinta, democrática y real, de tomar la palabra y el destino en sus manos.

“Debajo de los adoquines está la playa”, dijo Mayo del 68. “Nuestros sueños no caben en sus urnas”, dijo el 15M, y también “Ya tenemos Sol, ahora: ¡la Luna!”. Cinco años después, aquel Sol sigue calentando y alumbrando caminos por recorrer.

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