Responsables en el trágico accidente del Yak-42

No sólo los polí­ticos, también los burócratas

El presidente de la asociación de ví­ctimas del trágico accidente del Yak-42, Miguel Ángel Sencianes, ha afirmado que «es difí­cil pensar que un responsable polí­tico se siente en el caso Yak-42», debido a la negativa del magistrado del caso, Javier Gómez Bermúdez, de aceptar la declaración de algunos testigos. Sin embargo, ha mostrado la intención, al término del juicio, de los familiares de buscar la forma de que Trillo «tenga que dar explicaciones de su actuación, judicialmente». Debido a que considera que «este señor ha mentido a familias de 62 muertos y ha permitido que estuviéramos dos años casi para enterrar bien a nuestros muertos». Trillo es, por supuesto, responsable y, por tanto, debe acarrear consecuencias. El general Navarro y la cúpula burocrática ministerial existí­an antes de que Trillo fuera ministro, existí­an con gobiernos del PSOE y del PP. Es una casta burocrática que no pone el Estado al servicio de los ciudadanos sino que los utiliza.

Para Sencianes, es muy grave que el secretario del Ministerio de Defensa viajara a Turquía ara presionar a los forenses turcos a autoinculparse de lo que el general Navarro hizo. También critica que no se haya aceptado un careo entre el anterior Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Alejandre, y el posterior, Félix Sanz dado que se contradicen. Este último dice que Alejandre le contó que en España sabían que venían cadáveres sin identificar y que antes del funeral de Estado ya se decidió enterrarlos igualmente. Sin embargo, Alejandre lo niega. Navarro, Alejandre y Sanz no son políticos. Son altos funcionarios del Estado.Lo grave que se manifiesta en la actuación de la cúpula militar y ministerial ante el accidente es el tratamiento que estos altos funcionarios del Estado dan a los ciudadanos, vivos o muertos. A los militares cuando están vivos se les usa sin preocuparse de su seguridad más elemental. Cuando están muertos, sin la más mínima consideración y respeto por sus restos ni por las necesidades y los sentimientos de sus familiares. Lo único que les preocupaba a los altos burócratas era que la ceremonia del funeral de Estado saliera bien, que ningún "problema" ni "retraso" lo estropeara.

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