Según la encuesta publicada el domingo en el periódico El Mundo, la mitad de los encuestados considera que en Galicia no se respeta el derecho de los padres a elegir la lengua en que deben ser educados sus hijos. Lógicamente, es aún mayor el porcentaje entre la población encuestada más joven, hasta la edad de 44 años, porque son los que están dentro del sistema educativo o tienen relación con sus servicios. En consonancia con la opinión de la existente falta de libertad, es aplastante el porcentaje (86,5%) de los que piensan que los padres deben tener el derecho a elegir la lengua en la que sus hijos han de recibir la enseñanza obligatoria. También existe una inmensa mayoría de encuestados (88,8) partidarios de que la educación debe ser bilingüe.
La unta de lanza de la política disgregadora de la actual dirección del Bloque Nacionalista Gallego (BNG) a través del Gobierno bipartito de la Xunta ha sido la política lingüística con la excusa de la necesidad de la normalización lingüística. Sin embargo, la realidad es que la inmensa mayoría de la sociedad gallega no hace de la lengua un arma política. Jamás ha habido problemas de comunicación entre los gallegos. Sólo han comenzado los conflictos cuando, desde la dirección del BNG, usando la idea del “derecho a vivir en gallego" califican al castellano como una lengua “extranjera e invasora”, a la que pretenden arrinconar, primero en el ámbito oficial, y luego en el ámbito educativo.