Reforma laboral

No se fí­en del titular

El Índice de Precios del Trabajo (IPT) publicado por primera vez por el Instituto Nacional de Estadí­stica (INE), confirma lo que negaba la anterior ministra de Trabajo: sus datos no eran reales y efectivamente, como denunciaban los sindicatos, los salarios por hora han bajado desde 2008 (un 0,7 %), cayendo el poder adquisitivo un 10%. Pero este dato que ha salido como titular en muchos diarios, es una media, y para que para la media sea del -10% es obvio que para muchos debe ir peor y para otros privilegiados lo obtenido ha de ser una subida notable.

Visto de otro modo, si dividimos a la población en tramos de 1,4 millones de personas que corresponden a diez niveles diferenciados por el salario que ganan, entonces el titular ya no vale, porque tomando las cifras oficiales de la última década, los 1,4 millones de personas que más cobran engordaron su sueldo un 33,9% desde 2006, llegando ya a sueldazos de más de 4.700 euros mensuales. Por el contrario, aquellos trabajadores con ingresos más bajos, contratos de media jornada o menos, y que ganan unos 420 euros, han perdido un 11,4% de salario.

Así que, acercando el microscopio, la enfermedad se ve diferente: durante la última década los salarios más altos cobran 1.210 euros más al mes que hace una década. Y a los más pobres les han quitado unos 54 euros mensuales.

Mientras que el decil más alto gana un 15,84%, el más bajo pierde un 23,35% de poder de compra. Y subiendo un peldaño el saqueo sigue: a quienes a jornada completa cobran 825 euros de media, el segundo decil, les han birlado un 10,42%, y el tercer escalón, los mileuristas se quedan sin un 5,21%.

Y en esta pequeña evidencia de un abismo social creciente, no me quiero despedir sin añadir la guinda al pastel: El Parlament de Catalunya con cargo a presupuesto, ofrece a sus señorías diez cursos destinados a mejorar su salud y bienestar: uno para que los diputados “duerman mejor”; otro para aprender mindfulness -meditación-; otro para el control del estrés y el bienestar emocional, y la repera: “Cómo cuidarse a partir de los cuarenta años”.

Pues eso, no se queden en el titular, la realidad siempre va más allá al mirar con detalle.

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