No mendigar, que cumplan

El consorcio automovilístico alemán Volkswagen ha informado, a través de su resonsable de Compras y presidente del consejo de administración de Seat, Francisco Javier García Sanz, que decidirá en un plazo máximo de quince días si adjudica finalmente la fabricación del todoterreno Q3 de Audi a la planta de Seat en Martorell (Barcelona), añadiendo que la decisión se fundamentaría en tres razones principales, las ayudas públicas, los fundamentos internos de la empresa y el acuerdo de los sindicatos, y se atreve a calificar este último punto como “la pata más débil”. No tienen bastante con la aceptación de la congelación de los salarios. Con la visita del ministro de Industria a Alemania para mendigar y ofrecer ayudas públicas. Lo que hay que hacer es exigir que cumplan con el mantenimiento de la fábrica, de la que ya han sacado todos estos años suculentos beneficios que se han llevado a Alemania. García Sanz volvió a amenazar con que cada subida salarial en Seat hace “menos competitiva” a la planta frente a otras factorías que optan a la producción del Audi Q3. Además, García Sanz aseguró que Seat no logrará recuperar los ‘números negros’ en 2009, aunque reconoció los 8 millones de beneficio de 2008. El presidente del consorcio, Martin Winterkorn, resaltó que el problema de Seat no se encuentra en su gama de producto, sino que se debe a la fuerte caída de las ventas registrada en el mercado automovilístico, principalmente, en Europa Occidental. Es decir, la crisis saca a la luz, con toda su crueldad, una de las cuatro debilidades del modelo económico. Aquí, en España, están las cadenas de montaje pero el 100% de su fabricación –y por tanto de sus beneficios y de las decisiones sobre la producción- está en manos del capital extranjero, de las grandes multinacionales de la automoción.