Medio billón de euros más en 5 años

No me llames deuda, mi nombre es atraco

El 2012 no sólo es el año que la deuda pública ha alcanzado su nivel más alto desde 1910, sino el año que más creció desde que estalló la crisis: 146.000 millones de euros. Un crecimiento meteórico que ha hecho que la deuda publica, que en 2008 estaba en el 36,3% del PIB, haya pasado al 84% de 2012. En sólo cinco años nos han endeudado en 500.000 millones de euros más.

Si llevamos ya cinco años de rebaja salarial y destrucción de empleo y tres años de subidas de impuestos y recortes sociales en Sanidad, Educación, Dependencia, Pensiones…, ¿cómo es posible que la deuda pública no sólo no disminuya, sino que haya aumentado en ¡medio billón de euros!? «En sólo cinco años nos han endeudado en 500.000 millones de euros más» Si no hemos sido nosotros, la inmensa mayoría de la población, ¿quién se ha llevado ese dinero? ¿Cómo ha sido posible un atraco de tanta envergadura? ¿Para qué se ha utilizado?¡No gastamos más, nos atracan más!Basta con hacer una cuenta sencilla para empezar a verle “las orejas al lobo” de los atracadores. Desde que empezaron los “rescates bancarios” de Zapatero, la banca nacional y extranjera se ha llevado más de 315.000 millones de euros. Más de 40.000 millones entregados a fondo perdido, 100.000 millones de euros en inyecciones de capital, compra de activos tóxicos y al “banco malo”, otros 150.000 millones en avales (de los que hasta los más optimistas dan ya 80.000 millones por perdidos). Y a esos 290.000 millones de euros hay que sumar otros 25.500 millones que nos cuesta la contribución española a los “rescates” de Grecia, Irlanda y Portugal. ¡En total más de 315.000 millones! Con ellos no sólo se han tapado los agujeros de la burbuja inmobiliaria y los agujeros negros de las cajas de ahorros producidos por el saqueo de los responsables políticos en las autonomías, sino que han servido sobre todo para que la banca extranjera, especialmente los bancos alemanes y franceses y los fondos de inversión norteamericanos, cobren hasta el último euro de su contribución a la burbuja inmobiliaria.

«Cientos de miles de millones literalmente robados de nuestros bolsillos» Si tenemos en cuenta la escalada de los intereses (13.000 millones más sólo en 2012) y añadimos los 20.000 millones entregados a las eléctricas, para pagarles el famoso “déficit” tarifario, convertido así en deuda pública, o los 28.000 millones del “pago a proveedores” –otro atraco cometido por los responsables políticos que saquearon las cuentas de autonomías y ayuntamientos–, y otros varios miles de millones entregados a monopolios como los del automóvil o las autopistas, tendremos la auténtica dimensión del saqueo al 90% de la población, y la verdadera naturaleza de lo que ocurre con la deuda: cientos de miles de millones literalmente robados de nuestros bolsillos para entregárselos a la banca nacional y extranjera y a un puñado de monopolios.No señores, no sube “nuestra deuda”, lo que aumenta es “su atraco” sobre “nuestro dinero”. Traducido, eso sí, en subidas de impuestos y tarifas monopolistas, destrucción de empleo, recortes a los parados, rebajas salariales y de pensiones, recortes sociales en Sanidad, Educación, Dependencia…Merkel sabía muy bien lo que hacía cuando en agosto de 2011 exigió a Zapatero y Rajoy la reforma de la Constitución, donde ha quedado consagrado en el nuevo artículo 135.3 que: “Los créditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuestos y su pago gozará de prioridad absoluta”.En otras palabras: el pago de la deuda será prioritario y banqueros alemanes, franceses o norteamericanos tendrán derecho a cobrar antes que los pensionistas o los funcionarios españoles. Cada euro que entre en tesorería va ahora destinado prioritariamente a pagar la deuda y sus intereses, en detrimento de sueldos, pensiones, prestaciones y cualquier tipo de gasto social. Y además, por si esto fuera poco, se prohíbe expresamente la negociación o repudio de una deuda de la que nos hacen responsables directos y nos obligan, por mandato constitucional, a saldar con nuestro dinero. Ya está bien de atraco. Cómo han gritado millones de gargantas el pasado 23-F, ¡No debemos, no pagamos! Y exigimos una auditoría para determinar que parte de ellas es legítima, es decir, ha ido efectivamente a cubrir necesidades del país y de 90% de la población. Y qué parte es ilegítima, ha ido a parar al bolsillo de unos cuantos bandidos financieros, de aquí y de fuera.

One thought on “No me llames deuda, mi nombre es atraco”

Deja una respuesta