Se ha anunciado a bombo y platillo. Se ha convertido en titular a toda plana. El Ministerio de Trabajo divulgaba los datos del paro del pasado mes de junio destacando que aumentaba el empleo neto (los que se crean menos los que se destruyen) por primera vez en dos años. Medias verdades que son mentiras lacerantes. Porque el número de parados ha crecido. Porque hay informes señalando que el paro seguirá siendo del 20%, sangrante, hasta 2016. Porque no se apoya al tejido productivo. Sólo creando riqueza y empleo se sale de la crisis. Nunca robando al 90% de la población española.
Se sabe de siemre que hay un cierto aumento de contrataciones temporales en empresas dependientes de las actividades turísticas en este periodo del año. Pero 32.800 personas más han sido lanzadas al paro y la tasa de desempleo sigue en el 20% de la población activa. Y las nuevas contrataciones son temporales. El 43% de los parados lleva un año o más sin encontrar trabajo, lo que hace un año era el 27,6%. Ni siquiera se ha llegado al número de 100.000 empleos, habitual antes de la crisis. Y qué pasará en el segundo semestre del año, cuando acabe la temporada de turismo. La reforma laboral aumentará la sangría del paro. Porque, a pesar de la mentira obsesivamente repetida desde fuera de nuestras fronteras por el FMI, la voz de la superpotencia estadounidense, por la Unión Europea, portavoz de la potencia dominante, Alemania, y cacofónicamente repetida por el Banco de España, la mentira de que la reforma laboral es la decisiva, los datos demuestran que la realidad es que la reforma decisiva para reactivar la economía es la financiera. Si no hay créditos para mantener vivo el tejido productivo, para impulsar nuevas actividades industriales, para permitir la supervivencia y rentabilidad de la pequeña y mediana empresa, de los autónomos, no habrá creación de riqueza y de empleo.