No importa, el dinero no es mí­o

Los directivos de Caja Castilla La Mancha, en cuya dirección articipan alcaldes, concejales y demás cargos públicos, dilapidaba a manos llenas el capital de la caja, que supuestamente debía ir destinado a favorecer el desarrollo de la región.Primero concediendo generosamente créditos a un ínfimo puñado de constructores con privilegiados contactos políticos, embarcándose en proyectos de alto riesgo ahora en quiebra, que han enriquecido a unos pocos y saqueado las arcas de la caja.Y al mismo tiempo se aprovechaban de su posición para auto otorgarse prebendas a "gastos pagados".Caja Castilla La Mancha tiraba la casa por la ventana para incentivar a sus ejecutivos. Un ejemplo: para premiar a 30 de ellos organizaron un crucero del que disfrutaron 200 personas.Aunque el objetivo era incentivar sólo a los 30 mejores directores de oficina, en algunos de estos viajes pagados por la CCM llegaron a participar centenares de personas.Viajes a destinos a veces lejanos como Nueva York, San Petersburgo o la India o más próximos como Alemania, Centro Europa o el crucero por los Países Bálticos del que disfrutaron exactamente 210 personas en 2005.La caja estaba en quiebra y ellos seguían viajando a costa del contribuyente. Total, el dinero no era suyo y les daba igual perderlo.