Oposiciones a polí­tico ¡Ya!

¡No hay wertgüenza!

El pasado 7 de febrero el ministro José Ignacio Wert cambiaba el temario de las oposiciones de maestro volviendo al temario de 1993. Los contenidos habí­an sido cambiado antes, el 15 de noviembre por el ministro socialista. Ningún respeto por los profesionales, ningún respeto por la Educación.

Una vez más la Educación es tratada como arma arrojadiza, sometiéndola a cualquier criterio que sirva al gestor de turno, y agudizando aún más el ninguneo a la que los recortes la vienen sometiendo desde hace más de un año. La situación de nuestro sistema educativo es ya difícil de por sí como para ir jugando con ella. Lo vivido en los últimos días ejemplifica el valor y el papel que tiene la Educación en nuestro país. Efectivamente, a cinco días de las elecciones generales, el gobierno socialista cambió el temario de las oposiciones. Un cambio bastante importante al que rápidamente se han tenido que adaptar todos los opositores y todas las academias que preparan para las oposiciones de Primaria, Secundaria y para las escuelas oficiales de idiomas. Cuarenta días después el nuevo gobierno vuelve a cambiar el temario, retomando los contenidos que se utilizaban desde hace 15 años. La justificación ha sido doble. Por una parte la intención del ministerio de aumentar la calidad de los contenidos, y por otra que la mayoría de comunidades habían aplazado las oposiciones para el año que viene. Tan solo Andalucía, Cantabria y País Vasco tienen este año oferta de plazas. Hablamos de 2.400 plazas aproximadamente, para 53 especialidades. Se espera que más de 20 mil personas acudan a los exámenes que se celebrarán en Junio.«¿tan urgente era el cambio como para comprometer el trabajo de miles de personas sin dar ninguna otra alternativa ni consultar a nadie?»Sabiendo que la mayoría de comunidades celebrarán oposiciones en el 2013, y que tres lo harían en junio ¿era realmente necesario cambiar el temario aún considerando que fuera un error las modificaciones hechas por el PSOE? Pese a que este temario reduce la cantidad de contenidos, el cambio realmente afecta a más del 60% de los temas. Decenas de miles de profesionales y unos cientos de centros especializados van a pagar por la confrontación de criterios. En primer lugar debemos poner en duda que los cambios busquen realmente un aumento de la calidad, ya que está más que comprometida por la propia ley y sus parches. Los cambios tendrían que recorrer la ley entera y los propios objetivos políticos del sistema educativo. Mientras no se ponga en cuestión una Educación diseñada para un país sin más proyecto que el de incrementar los balances de otros, todo son arenas movedizas. Pero, aún así, ¿tan urgente era el cambio como para comprometer el trabajo de miles de personas sin dar ninguna otra alternativa ni consultar a nadie? Si es así, veremos los resultados antes del verano. Tiempo habrá para desdecirse. Pero como es de suponer que no sea, no nos queda más que pedir que se convoquen oposiciones, pero para político. Mientras, se hace y se deshace tratando nuestro sistema educativo y a sus profesionales como trapos viejos. * Ricardo Samper es profesor de Secundaria, colaborador y suscrito de esta casa. Para hacer llegar cartas y colaboraciones: uce@uce.es

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