Fraude farmacéutico

No hay dolor… no hay dolor

Otro escándalo ha asaltado el mundo de los ensayos clí­nicos de medicamentos. Un anestesiólogo de Centro Médico Baystate, una de las principales instituciones sanitarias del estado de Massachussets, se ha pasado nada menos que doce años publicando hasta veinte estudios falsos cuya conclusión era la recomendación del uso de Vioxx y Celebrex en el postoperatorio, dos potentes analgésicos de Merck y Pfizer.

Vioxx se uso a la venta en 1999 y se convirtió en un superventas (medicamente que rinde más de 1000 millones de dólares anuales). Las ventas alcanzaban los 2.500 millones de dólares a pesar de sus efectos adversos sobre el sistema cardiovascular. Por estso, Merck tuvo que afrontar 26.000 pleitos de unos 47.000 demandantes más otros 265 denuncias colectivas. Finalmente el fármaco fue retirado en septiembre de 2004 y el laboratorio se vio obligado a pagar 4.850 millones de dólares (3.302 millones de euros) para zanjar una buena parte de las demandas. En España, fue obligado a pagar 50.000 euros a una mujer de 54 años que sufrió un infarto cerebral a causa de la “superaspirina”. Unos 300.000 pacientes tomaban el analgésico en el momento de la retirada. Pues bien, Scott Rueben, anestesiólogo del Baystate Medical Center, de Massachusetts, publicó una veintena de estudios falsos entre 1996 y 2008 en los que recomendaba la utilización de los fármacos Vioxx y Celebrex, para el dolor del postoperatorio. La cuestión es que los datos de sus informes, cuanto mínimo una buena parte de ellos, eran totalmente inventados. Sus jefes descubrieron el fraude cuando comprobaron que los trabajos no habían sido aprobados por la junta de revisión interna del centro. La historia de la relación de este médico con las farmacéuticas no dista mucho de la que mantienen miles de médicos en todo el mundo. Llegó a recibir cinco becas de investigación de estos laboratorios entre 2002 y 2007 y formaba parte de la lista de ponentes de la compañía Pfizer en las presentaciones de sus productos.Todo lo demás se desarrolla según lo previsto en estos casos. La abogada del médico ha dicho que su cliente “lamenta profundamente lo ocurrido y colabora ya con las diferentes comisiones de revisión para esclarecer el grado de falsedad”. El representante de Pfizer ha dicho que su empresa en ningún caso “ha tomado parte en la redacción de los estudios falsos, ni en su interpretación o publicación”. ¿Quién iba a pensar lo contrario, verdad? En fín. El peón caerá para salvar a la reina. No hay dolor…

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