Biden pide implicación a sus aliados de la OTAN en Afganistán

«No estamos ganando la guerra»

Biden defendió también que «vale la pena» intentar involucrar a los talibanes moderados en la administración de un Afganistán «seguro y estable», y calculó que sólo el 5 por ciento de los miembros del grupo integrista son irrecuperables para la reconciliación nacional.

El viceresidente de EEUU, Joe Biden, instó hoy a los aliados de la OTAN a implicarse en el diseño de una nueva estrategia en Afganistán y a aumentar el esfuerzo civil y militar en una guerra que «no estamos ganando, pero que está lejos de estar perdida», dijo.»El deterioro de la situación en la región supone una amenaza no sólo para EEUU, sino para cada una de las naciones sentadas alrededor de esta mesa» dijo Biden a los embajadores aliados en el Consejo del Atlántico Norte, reunido en Bruselas.Lo que quiere EEUU, dijo, es saber lo que el resto de los 26 aliados cree que está funcionando y lo que no, «y cómo hacer un mejor trabajo para que Afganistán y Pakistán dejen de ser un refugio para terroristas».Pero una vez que se consiga un consenso «lo que espera EEUU es que cada uno mantenga los compromisos adquiridos para llegar a esa estrategia común», añadió el vicepresidente en otro momento de su discurso.Los planes que el presidente estadounidense, Barack Obama, quiere presentar antes de la Cumbre del 60 aniversario de la OTAN, el 3 y 4 de abril en Estrasburgo (Francia) y Kehl (Alemania)- definirán objetivos «claros y alcanzables» en el paí­s afgano, dijo Biden a los medios de comunicación.Hay consenso en considerar que el éxito de Afganistán depende de la estabilidad de Pakistán; en la necesidad de un esfuerzo diplomático y civil; en la importancia de la seguridad y legitimidad de las elecciones presidenciales del 20 de agosto, y en la relevancia de reforzar a las fuerzas de seguridad afganas.La nueva estrategia tendrá también en cuenta que no hay una solución puramente militar a este conflicto, y que el objetivo no es permanecer en Afganistán, sino dejar unas fuerzas afganas que puedan proporcionar seguridad a la población.Con este objetivo, Biden defendió también que «vale la pena» intentar involucrar a los talibanes moderados en la administración de un Afganistán «seguro y estable», y calculó que sólo el 5 por ciento de los miembros del grupo integrista son irrecuperables para la reconciliación nacional.«Hay zonas, grandes zonas en el sur del paí­s especialmente, y en el este, donde no estamos ganando». Pese a los avances logrados por la misión internacional en algunas partes de Afganistán, el comandante de las fuerzas de la OTAN y de EE.UU., el general estadounidense David Mckiernan, lamentó ayer en una entrevista a la cadena británica BBC la «falta de recursos» que sufre una misión que atraviesa un momento decisivo.La nueva Administración de EE.UU. lo sabe y por eso ha cambiado el foco de atención en la lucha contra el terrorismo internacional de Irak al frente formado por Pakistán y Afganistán, donde llegarán 17.000 nuevos soldados para intentar acabar con una insurgencia dueña de la frontera que une ambos paí­ses asiáticos.La situación es especialmente peor en el sur de Afganistán y toda la frontera con Pakistán, justamente donde Kabul pide que se desplieguen los nuevos efectivos estadounidenses. Es ahí­ donde surgió el Talibán y donde se está fortaleciendo. También ahí­ está el feudo de los lí­deres tribales que simpatizan con Al Qaeda. Además, es la región donde se produce aproximadamente el 90% del opio del mundo (casi 8.000 toneladas en 2008), principal fuente de financiamiento de los grupos musulmanes extremistas.La nueva insurgencia talibán se encuentra ahora a la ofensiva (el 2008 ha resultado ser el peor año para los estadounidenses), ello se debe ante todo a dos razones: el respaldo que los talibanes aún obtienen de Pakistán y una creciente reacción pastún contra una presencia de las tropas extranjeras en suelo afgano que dura ya siete años. Una escalada de las tropas estadounidenses no forzará a los jefes talibanes ni a los caudillos locales a negociar acuerdos de paz; sobre todo, cuando algunos de los paí­ses con tropas en Afganistán dan señales de fatiga de guerra y de un deseo de retirar sus tropas.La nueva estrategia EE UU para Afganistán se centra en una «escalada» de las fuerzas estadounidenses, no para derrotar a los talibanes en el terreno militar, sino para llegar a un acuerdo polí­tico con el enemigo desde una posición de fuerza. Dicho de modo sencillo, intenta lograr en Afganistán lo que ha hecho el gobierno de Bush en Iraq,Es claro que estados unidos quiere impulsar un papel predominante a la OTAN en Afganistán y comprometer a sus «socios» Europeos a una mayor presencia militar en Afganistán, compartiendo el esfuerzo económico que conlleva.EEUU piensa que la estabilización de la región sólo puede funcionar si se incluye a Pakistán en la estrategia y se ofrecen ayudas concretas a este paí­s, al borde de la fragmentación.

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