Manifestación contra el atentado de la EiTB

¿No estamos de acuerdo?

«Abertzale eta langile garelako ez gaude ados» (Porque somos abertzales y trabajadores no estamos de acuerdo), firmada por el sindicato ELA, que sumado al silencio de facto que se suele imponer por parte de ciertos sectores en este tipo de convocatorias, hace que la movilización tuviera un doble aspecto. Innegable.

Por un lado, la movilización de ciudadanos, junto al comité de emresa y la dirección de la EiTB en respuesta a un acto infame de ataque terrorista a una sede televisiva, sólo comparable a los memorables bombardeos que la aviación norteamericana hizo sobre las sedes televisivas en Belgrado durante la Guerra de Yugoslavia, o a los cañonazos contra el hotel Palestina que acabaron intencionadamente con la vida de José Couso durante la invasión de Irak. En tanto el objetivo es condicionar la información atacando a los que dan “información no deseada”, la respuesta ciudadana siempre tiene el sentido de la defensa de la libertad contra el terror, sea quien sea que lidere esa movilización y sus objetivos. E inevitablemente, la composición de la manifestación de repulsa contra el atentado de ETA era variada, ni mucho menos representada por la consigna “Porque somos Abertzales” que parece más una proclama identitaria del sector mayoritario del comité de empresa que como un intento de aunar fuerzas contra el terror. Por otro lado, un auténtico acto de “encarrilamiento” y contención de la indignación que genera el terrorismo. Un acto de encubrimiento. ¿Cómo va a ser “no estamos de acuerdo” el lema contra el atentado? Uno no está de acuerdo cuando habla a un igual, a uno de los suyos, a alguien al que quieres hacerle ver, con tu disconformidad, que su razonamiento o actuación es errónea. No es el caso. Y el silencio, de nuevo apareció el aplastante silencio que se impone en este tipo de movilizaciones y que hace contener la rabia popular que suele emitir las consignas justas, las que deberían haber estado escritas, con la ceniza del lugar atacado, en el fondo blanco de la pancarta. ¡Asesinos!, ¡fascistas! ¿O es que acaso hay que olvidar el reciente asesinato de Azpeitia? ¿Acaso se puede estar en desacuerdo?

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